América Latina y el Caribe continúan con una tendencia de crecimiento a la baja este año y la expansión será en promedio de 1,8 %, aunque se espera un ligero repunte regional en 2025, señaló la CEPAL en un informe divulgado este martes.
El organismo indicó que la región sufre los impactos generados por un clima de incertidumbre generalizada, en medio de conflictos globales y medidas proteccionistas.
Según el organismo de la ONU, la complejidad del panorama regional lleva varios años y «en el transcurso de la última década, los países de América Latina exhibieron un bajo nivel de crecimiento económico», con una tasa promedio del 0,9 % en el período entre 2015 y 2024.
“Hemos pasado una década de crecimiento prácticamente nulo”, dijo el secretario ejecutivo José Manuel Salazar-Xirinachs, en una rueda de prensa.
Las estimaciones presentadas en la capital chilena indican que América del Sur crecerá este año un 1,5 %, una ligera baja frente al 1,6% de 2023, mientras que Centroamérica y México se expandirán un 2,2 %, lo que supone una caída ante el 3,2 % registrado el año pasado. En tanto, el Caribe, sin incluir Guyana, podría crecer un 2,6 %, frente al 2,9 % de 2023.
La desaceleración de la actividad económica de la región en los primeros meses del año obedeció a complicaciones internas, como la disminución del consumo privado en Argentina, el descenso de las inversiones en Colombia, la caída del consumo de los hogares en Brasil o el retroceso en las actividades de producción de alimentos en México por el clima, precisó el organismo.
La situación podría mejorar para 2025, cuando la CEPAL proyecta que la región tendrá un repunte y se expandirá un 2,3 %, impulsada en particular por América del Sur que llegará al 2,4 %. El organismo prevé un crecimiento del 1,9 % en Centroamérica y México y del 2,3 % en el Caribe —sin incluir a Guyana.
La entidad resaltó que de los 16 países analizados, sólo cuatro han mostrado una aceleración en el ritmo de la actividad económica en el primer trimestre de 2024: República Dominicana, gracias al turismo; Chile, impulsado por la minería; Perú, por la recuperación de la actividad pesquera, y Honduras, por el mejor desempeño de la construcción y los servicios.
A los factores internos se suman los desafíos en el escenario externo, donde la “combinación de tensiones geopolíticas, medidas restrictivas del comercio, conflictos regionales, carga de la deuda y crisis sectoriales” están configurando un “escenario de elevada incertidumbre y riesgo”, que podrían impactar duramente a la región.
“El contexto externo sigue siendo desafiante ya que subsiste la elevada incertidumbre en torno a la moderación de la demanda externa, al comportamiento de la inflación mundial y a la incidencia de las altas tasas de interés por más tiempo de lo esperado”, destacó el análisis.
La CEPAL expresó preocupación por el estancamiento en los niveles de inversión, que continuaron reduciéndose en medio de una mayor desconfianza del sector empresarial. Asimismo, subrayó la desaceleración en la creación de empleo como uno de los principales desafíos para una expansión más contundente de la región.
Sólo en el primer trimestre de 2024, la tasa de crecimiento del número de ocupados en las economías de América Latina y el Caribe experimentó una reducción de 1,9 puntos porcentuales con respecto a la observada en igual período de 2023, el nivel más bajo registrado desde el primer trimestre de 2022.
“Esta última década ha sido la más baja de creación de empleo en los últimos 70 años”, matizó Salazar.
El documento detalló además que el Producto Interno Bruto per cápita de la región se encuentra en los mismos niveles que hace 10 años y que, pese a la tendencia de reducción en los últimos años, persisten las brechas en la participación laboral de hombres y mujeres.
Finalmente, el informe abordó cómo el cambio climático impactará en el desarrollo de los países de la región que son “muy vulnerables” a los eventos climáticos extremos. “Los resultados apuntan a que, en un escenario de intensificación de los efectos del cambio climático en el que no se incorporan políticas de mitigación y adaptación, en 2050 el nivel de PIB sería un 12,5 % menor que el del escenario base”, indicó el secretario.
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