BUENOS AIRES — Argentina señaló el viernes al libanés Hussein Ahmad Karaki como jefe operativo de la milicia Hezbolá en América Latina y como partícipe en dos atentados de hace más de 30 años contra objetivos judíos en Buenos Aires y anunció que ha pedido su captura internacional.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, dijo en una rueda de prensa que Karaki, quien según afirmó se encuentra en el Líbano, se encargó de conseguir un coche bomba utilizado en el atentado a la Embajada de Israel en Buenos Aires en 1992 y que también habría estado involucrado en la voladura de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) dos años después.
La funcionaria consideró que Karaki es “el cerebro y reclutador» del grupo libanés Hezbolá en América Latina y señaló que la información que estaba dando es el resultado de una investigación coordinada con Brasil y Paraguay.
Karaki operó en Argentina con el nombre de Alberto León Naim, agregó la funcionaria, quien especificó que el gobierno ha pedido a la justicia que solicite a Interpol un alerta roja para su captura.
El libanés habría ingresado a Argentina en enero de 1992. El ataque a la embajada israelí ocurrió el 17 de marzo de ese año.
Bullrich también señaló al libanés como presunto responsable de varios intentos de atentados en países de la región, como Brasil, en los últimos años.
Irán, el ideólogo
Los ataques a la embajada y a la AMIA causaron más de un centenar de muertos. En distintos pronunciamientos a lo largo de los años, la justicia argentina ha considerado a Irán ideólogo de los dos hechos y a Hezbolá su brazo ejecutor. Ese país ha negado las acusaciones.
La Cámara de Casación Penal, el máximo tribunal penal de Argentina, ratificó que Irán y el grupo libanés estuvieron involucrados en esos actos terroristas en un fallo emitido en abril.
Indicó que la motivación de ambos “se originó principalmente en la decisión unilateral del gobierno argentino de rescindir tres contratos de provisión de material y tecnología nuclear acordados con la República Islámica de Irán», debido a un cambio de la política exterior del país sudamericano entre fines de 1991 y mediados de 1992.
FUENTE: Con información de AP