A las tres y media de la mañana, Israel ha bombardeado un hotel en medio de la nada donde se hospedaban 18 periodistas en el sur de Líbano. Ha ocurrido en Hasbaya, un municipio alejado de la zona de combate. El ataque, que no ha tenido aviso previo, ha matado a tres informadores y ha dejado heridos de distinta consideración.
En el hotel dormían trabajadores de siete medios de comunicación distintos, tanto libaneses como regionales. Uno de los fallecidos trabajaba para al-Manar, medio vinculado al grupo político y militar Hezbolá. Los otros dos fallecidos trabajaban para al-Mayadeen, medio de comunicación pro-iraní cuyas oficinas y cuyos periodistas Israel ya había bombardeado durante este año de guerra en Líbano.
Según el Comité para la Protección de Periodistas, Israel habría asesinado más de 120 reporteros desde octubre de 2023. La gran mayoría de ellos, palestinos de la franja de Gaza.
Mientras, la Organización Mundial de la Salud asegura que los bombardeos israelíes han llevado al cierre de 100 centros médicos en Líbano, que suponen un tercio de todos los que existen en el país. El Ministro de Sanidad de Líbano indica que los ataques israelíes habrían alcanzado 55 hospitales.
Sobre el terreno, el campo de batalla ruge con fuerza. El Ejército de Israel ha anunciado hoy las bajas de cinco reservistas en suelo libanés en combates contra Hezbolá. Desde el inicio de la invasión terrestre a inicios de octubre, son 27 los soldados israelíes muertos en Líbano.
Joan Cabasés Vega, Voz de América, Beirut