SAO PAULO.- Brasil enfrenta una crisis sin precedentes en medio de la peor sequía registrada, con miles de incendios que continúan devastando el país y afectando a importantes ciudades como São Paulo y Río de Janeiro, así como a países vecinos.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva actualizó sobre la situación en su cuenta de Bluesky, señalando que «el gobierno federal, junto con los gobiernos estatales y municipales, está intensificando los esfuerzos para controlar los incendios que afectan a todo el país».
De acuerdo con el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), el número de incendios en los primeros doce días de septiembre alcanzó los 49.266, superando los 46.486 registrados en el mismo período del año pasado. Hasta la medianoche del jueves, Brasil representaba el 60.7% de los incendios ocurridos en Sudamérica durante septiembre.
Las llamas afectaron áreas ecológicamente vitales, incluyendo la Amazonía, el bioma de El Cerrado y el Pantanal, un área de gran biodiversidad en el sur del país. Según Mark Parrington, científico del observatorio europeo Copernicus, Brasil emite aproximadamente cuatro megatoneladas de dióxido de carbono en septiembre. A nivel global, se han liberado entre 10 y 15 megatoneladas de CO debido a incendios.
Parrington destacó que la magnitud e intensidad de los incendios en Brasil reflejan el grave impacto de la crisis, especialmente durante el punto álgido de la temporada de incendios. Además, el humo de los incendios se extendió a países vecinos como Uruguay y Argentina.
Sequía histórica
La mayoría de los incendios son de origen criminal y están relacionados con actividades agrícolas, según las autoridades. En respuesta a la emergencia, Lula da Silva instó a la población a denunciar a los responsables. Su administración creó un equipo especial que incrementará las sanciones contra aquellos que provoquen incendios que dañen el medio ambiente.
La propagación de los incendios se ve agravada por una sequía histórica vinculada al cambio climático y por la baja humedad. El Instituto Nacional de Meteorología emitió una alerta de «peligro» para el sureste, donde se encuentran São Paulo y Río de Janeiro, y para el centro del país, debido a niveles de humedad extremadamente bajos, entre 12% y 20%.
El capitán Roberto Farina de la Defensa Civil de São Paulo explicó las dificultades de controlar los incendios en estas condiciones: «Aunque parece que el fuego se ha apagado por la noche, las brasas continúan ardiendo de manera imperceptible. Al día siguiente, el calor reaviva el fuego, complicando aún más los esfuerzos de control».
FUENTE: Con información de AFP