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Por varias décadas, los científicos y astrónomos de todo el mundo estuvieron buscando señales de radio provenientes del cosmos, en un intento por comprender mejor el universo y buscar posibles indicios de vida extraterrestre.
Por: Crónica
Lo cierto, es que Joel Balzan, un apasionado astrónomo de la Universidad de Western Sydney (Australia) estaba realizando una observación rutinaria cuando notó un patrón peculiar en los datos recopilados por su radiotelescopio. La señal presentaba una serie de pulsos regulares con una frecuencia y amplitud inusualmente altas.
Al darse cuenta de la importancia de su descubrimiento, Balzan contactó rápidamente a la comunidad científica y compartió los datos obtenidos, siendo publicados en ArXiv.org, dependiente de la Universidad estadounidense de Cornell. La noticia se extendió rápidamente y numerosos astrónomos y expertos en el campo se involucraron en el análisis de la señal. A medida que se profundizaba en la investigación, se descubrieron características aún más intrigantes, que fueron llamando la atención.
La señal de radio era extremadamente potente y parecía originarse en algún lugar del espacio profundo, fuera de nuestra galaxia. Su patrón de pulsos regular y altamente organizado excluía cualquier explicación natural conocida, lo que llevó a la especulación de que podría ser de origen artificial. Esta hipótesis generó un gran debate entre los científicos, con teorías que van desde una emisión de alguna civilización extraterrestre avanzada hasta fenómenos astrofísicos aún desconocidos.
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