El sábado 29 de junio finalizó el primer ciclo de los diálogos de paz entre el Gobierno de Colombia y la Segunda Marquetalia. Durante estas reuniones en Caracas, el grupo armado anunció un cese unilateral al fuego y la liberación de personas retenidas.
Los países garantes de este proceso, Venezuela, Cuba y Noruega tienen la responsabilidad de defender la perspectiva del derecho a la paz y la no injerencia, apoyando el cumplimiento de los acuerdos y compromisos asumidos, entre las partes.
Desafíos
Sin embargo, el gobierno colombiano enfrenta desafíos con uno de los países garantes según informes de Alerta Venezuela, desde el lado venezolano, el ELN no es considerado un grupo subversivo, sino más bien un grupo que colabora o está al servicio del Estado venezolano.
Intuye el informe que esta dualidad en la naturaleza de las organizaciones colombianas, actuando como insurgentes en Colombia y como paramilitares progobierno en Venezuela, complica el proceso de negociaciones de paz.
El analista político y profesor de la Universidad del Rosario de Colombia, Germán Sahid, en entrevista con DIARIO LAS AMÉRICAS, señaló que al planificar un proceso de paz se busca un país garante, un amigo que genere confianza en ambas facciones que están negociando, en esta oportunidad Venezuela y Cuba, vuelven a ser los garantes del este proceso, al igual que en el 2016.
El analista afirmó que el Estado colombiano está negociando con grupos abiertamente terroristas que tienen una ideología opuesta a los valores democráticos y liberales occidentales, siendo grupos insurgentes marxista leninistas que desconfían de cualquier ideología liberal.
Destacó que, en medio de esta situación, para avanzar en las negociaciones, las disidencias de las FARC, al igual que el ELN, y las FARC originales, buscan un área geográfica que les brinde tranquilidad, seguridad en las comunicaciones y al mismo tiempo les sirva como zona estratégica.
En ese sentido destacó que los grupos delictivos en Colombia han utilizado a Venezuela como una retaguardia estratégica, ya que las extintas FARC, el ELN y la Segunda Marquetalia consideran que el proceso revolucionario está protegido y comprometidos con la defensa del régimen de Maduro.
En este contexto, señaló que, a pesar de que Cuba y Venezuela no garantizan neutralidad al respaldar a estos grupos irregulares, de cierta manera generan confianza en ellos y permiten que el Estado colombiano avance en las negociaciones de paz.
No obstante, expresó escepticismo sobre un cese al fuego real, recordando que experiencias pasadas con el Estado Mayor Central y el ELN han demostrado que los mecanismos de monitoreo y verificación no se han implementado completamente en ceses al fuego anteriores.
Actividades ilícitas
El profesor Sahid afirmó que estos grupos necesitan continuar con actividades ilícitas como el narcotráfico, tráfico de armas, extorsión y coerción a la sociedad civil. Además, es crucial para ellos defender sus áreas geográficas, lo que los lleva a mantener acciones armadas contra grupos rivales.
El académico mencionó que estos grupos siguen enfrentándose entre sí, la Segunda Marquetalia aliada con el ELN y contra el Estado Mayor Central (EMC), todos combatiendo al Clan del Golfo. Explicó que este cese al fuego no puede sostenerse en el tiempo y espacio porque solo involucra al Estado colombiano.
“No hay garantías de que se pueda mantener este cese al fuego, especialmente dado que los vigentes con el ELN y algunos sectores del Estado Mayor Central carecen de un monitoreo y verificación claros”.
El analista expresó su preocupación por cómo esta situación deja a las Fuerzas Militares de Colombia limitadas en su capacidad para proteger a la ciudadanía. Se ven obligadas a cumplir el cese al fuego bajo el marco del Derecho Internacional Humanitario (DIH), mientras que estos grupos continúan infringiéndolo sistemáticamente y cometiendo violaciones como coerción a la población civil y afectando a grupos con protección constitucional reforzada, como los indígenas, afrodescendientes y campesinos.
No respetan el DIH
Aclaró que Venezuela y Cuba son garantes del diálogo, pero no del cese al fuego, ya que este último es supervisado por mecanismos de monitoreo de Naciones Unidas, la Iglesia Católica y organizaciones sociales en Colombia. Los países amigos tienen un papel importante como garantes del DIH para asegurarse de que las partes involucradas, en este caso la Segunda Marquetalia, cumplan con un eventual cese al fuego.
Además, recordó que inclusive firmando este acuerdo estos grupos no respetan el DIH y se limitan al cese al fuego y no de hostilidades. “Obviamente la población civil queda completamente desprotegida y el cese al fuego solo sería del borde hacia adentro en Colombia, no de las estructuras armadas que están en territorio venezolano”.
Sobre el papel de Cuba en esta negociación dijo el analista, les proporciona seguridad a esos grupos armados, les brindan inteligencia, les suministran información en tiempo real sobre la situación política en Colombia para que puedan mejorar o ajustar sus estrategias de negociación. Además, les ofrece un respaldo de legitimidad, lo cual es crucial para el apoyo internacional a las FARC.
Recordó que estos grupos terroristas colombianos son aliados dentro de la lógica de Venezuela. Incluso, al defender el régimen de Maduro. “El ELN siempre será útil para el gobierno en sus esfuerzos por proteger la revolución y, al mismo tiempo, pensando en las elecciones presidenciales próximas en Venezuela”, recalcó.
Sostiene Sahid que, si la oposición gana y se permite una transición, el Estado venezolano también necesitará resolver este problema, conocido como los grupos irregulares que afectan a la sociedad venezolana. “Todo esto forma parte de un juego político diplomático y de narrativas que beneficia a todos los actores involucrados”.
¿Una constituyente?
El profesor Sahid señala que es muy difícil lograr avances significativos en este proceso de paz, pero se pueden alcanzar preacuerdos como los existentes con el ELN, lo cual beneficia a los intereses de las guerrillas y del gobierno actual para crear una narrativa constituyente como la que impulsa Petro.
También dice que se podría llegar a un acuerdo jurídico con la Segunda Marquetalia, dado su resurgimiento político liderado por Iván Márquez. Por otra parte, afirma que es complicado llegar a acuerdos con el Estado Mayor Central de la FARC debido a su incremento en capacidades y falta de claridad en el mando.
“El desorden sistémico actual beneficia a todos los actores involucrados, aunque no estén alineados completamente. Se observa un aumento significativo en las capacidades armadas de las guerrillas en Colombia, especialmente en actividades ilícitas como el narcotráfico y la minería ilegal”.
FUENTE: Entrevista al Analista Político y profesor de la Universidad del Rosario de Colombia, Germán Sahid, Voz de América. Organización Alerta Venezuela y organización Insight Crime