– Fotografía satelital cedida por el Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) a través del Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos donde se muestra la localización del huracán Lee (izq.) en el Atlántico. EFE/ NOAA-NHC
Según los expertos, un nuevo escalón no solo aumentaría la conciencia sobre el impacto del cambio climático en los fenómenos meteorológicos sino que también ayudaría a recalibrar los sistemas de preparación y respuesta ante estos eventos extremos
Cuando los meteorólogos empezaron a utilizar la escala Saffir-Simpson de cinco escalones para medir la intensidad de los huracanes en la década de 1970, una tormenta de categoría 5 representaba el olvido. Un ciclón así, con vientos sostenidos de al menos 253 kilómetros por hora, podía arrasar cualquier estructura de la época, así que no había razón para dar un límite superior al nivel más feroz de los huracanes.
Por Infobae
Pero a medida que el planeta se calienta, las tormentas superan cada vez más lo que antes se consideraba extremo, según una investigación publicada este lunes 5 de febrero. Ahora, dos científicos proponen una nueva etiqueta que, según ellos, ya merecen un número creciente de tormentas: Categoría 6.
Según Michael Wehner, científico del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, “es evidente que el cambio climático ha reforzado las tormentas más fuertes”. “La introducción de esta hipotética Categoría 6 aumentaría la concienciación al respecto”.
Wehner y James Kossin, un distinguido asesor científico de la First Street Foundation, sugieren que la etiqueta de Categoría 6 podría ir a cualquier ciclón tropical con vientos sostenidos de al menos 309 kilómetros por hora, una intensidad que cinco tormentas han superado desde 2013.
Los meteorólogos llevan años debatiendo si la actual escala de huracanes refleja adecuadamente los peligros de las tormentas actuales -sólo tiene en cuenta los vientos, no las olas ni las inundaciones- y si es necesaria una nueva categoría máxima. Con este nuevo estudio, los científicos formalizan esa discusión con la esperanza de estimular el debate académico sobre el modo en que el cambio climático está aumentando los riesgos meteorológicos tal como los conocemos.
“El hecho de que la categoría 5 signifique cualquier cosa que supere un determinado umbral es cada vez más problemático”, afirma Kossin. “Tiende a subestimar el riesgo”.
En 2024 podrían registrarse más huracanes.
Foto: NOAA.
No hay indicios de que los meteorólogos vayan a revisar pronto su escala de clasificación, y algunos no están de acuerdo en si debería adoptarse. Sin embargo, la propuesta subraya el espectacular aumento del potencial de tormentas extremas.
A medida que aumenta la temperatura global, el calentamiento oceánico y atmosférico crea con mayor frecuencia un entorno propicio para que las tormentas se fortalezcan rápidamente y se arremolinen con más fuerza que nunca. Los científicos predicen que esta tendencia no hará sino acelerarse, especialmente en cuencas cálidas como el Pacífico oriental y el Golfo de México.
El cambio climático intensifica los huracanes
La investigación viene a sumarse a un creciente conjunto de conocimientos -y pruebas- de que el calentamiento global se traduce en tormentas más fuertes.
Al fin y al cabo, el aire caliente contiene más humedad, y más calor significa más energía para que las tormentas se alimenten de ella y la desaten violentamente. Los ciclones tropicales sirven para equilibrar los choques entre altas y bajas presiones y temperaturas cálidas y frías, devolviendo el equilibrio al entorno meteorológico.
El calentamiento global ya se ha traducido en un aumento de las probabilidades de que se produzcan grandes huracanes en todo el mundo, según una investigación dirigida por Kossin que se publicó en Proceedings of the National Academy of Sciences en 2020. Otros estudios han descubierto que, a medida que aumentan las temperaturas, más huracanes experimentan lo que los meteorólogos denominan una rápida intensificación, y lo hacen a ritmos cada vez más acelerados.
El último artículo de Kossin y Wehner añade más detalles y rigor científico a nuestra comprensión de lo que significa el cambio climático para los huracanes más intensos. Examinaron las observaciones de tormentas pasadas y descubrieron que cinco de ellas son atípicas en relación con las tormentas de categoría 5 del pasado: El tifón Haiyan en 2013, el huracán Patricia en 2015, el tifón Meranti en 2016, el tifón Goni en 2020 y el tifón Surigae en 2021.
Haiyan mató a miles de personas en toda Filipinas, asombrando a los meteorólogos con su intensidad récord. Dos años después, Patricia se hizo aún más fuerte, con vientos máximos sostenidos de 346 kilómetros por hora, aunque se debilitó antes de tocar tierra en México.
Analizaron con qué frecuencia se daban las condiciones para que se desarrollaran tormentas tan extremas. Descubrieron que cerca de Filipinas, los riesgos de una tormenta de categoría 6 aumentarían en un 50% una vez que el calentamiento global alcanzara los 2 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales y se duplicarían con 4 grados de calentamiento. En el Golfo, los riesgos se triplicarían si el calentamiento alcanzara los 4 grados por encima de los niveles preindustriales.
Y utilizaron modelos climáticos para prever la frecuencia con que podrían formarse tormentas de categoría 6 en el futuro y asegurarse de que la tendencia está ligada al cambio climático y no a la variabilidad natural. Descubrieron que las probabilidades anuales de que se forme una tormenta de categoría 6 en algún lugar del planeta aumentarían al 2% con un calentamiento global de 1,5 grados, al 7% con un calentamiento de 2 grados y al 10% con un calentamiento de 3 grados.
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