MIAMI.– En el cambiante escenario internacional, dos hechos recientes en América Latina representan un giro importante en la política y la seguridad regional y un freno al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela en sus pretensiones de control y amenaza.
En fecha reciente, el Comando Sur de Estados Unidos y el gobierno de Guyana acordaron reinstalar la cuarta de las bases militares en la frontera del Esequibo con Venezuela, para ser destinadas a servicios castrenses y de seguridad guyaneses.
Con la puesta en operación de las nuevas instalaciones del servicio de Guardia Costera se busca realizar “operaciones rápidas y efectivas” con las lanchas patrulleras, la construcción de nuevas instalaciones, y el fortalecimiento de la tecnología, bajo cooperación militar entre Guayana y Estados Unidos.
Bases militares en la frontera
El objetivo sería enfrentar “nuevas amenazas como son la lucha contra las organizaciones criminales transnacionales, además de otras áreas como seguridad marítima, preparación para desastres y la asistencia humanitaria”, según un portal especializado en defensa militar.
El acuerdo fue rechazado por Maduro, quien lo calificó de provocación en la región, mientras la cancillería de Venezuela consideró en un comunicado que la “inaceptable ampliación de estaciones navales y aeroportuarias entorpecen la resolución pacífica y negociada al diferendo territorial”. Y llamó a Guyana al “entendimiento mutuo”.
Una posición que contrasta con la de Maduro hace un año. El 7 de diciembre de 2023, Maduro ordenó » la aprobación de la ley orgánica para la creación de la Guayana Esequiba» como estado venezolano. También instó a la estatal petrolera PDVSA a «crear la división PDVSA-Esequibo» y a otorgar «de inmediato» licencias para la explotación de crudo, gas y minas en el Esequibo, territorio que es controlado por Guyana pero que Venezuela mantiene en reclamación.
Guyana apreció como «amenaza directa» la intención de Maduro de explotar recursos en zona de litigio, y desde entonces ha mantenido cautela en su posición frente a la política fronteriza de Maduro.
Mercosur y Venezuela
También, la escogencia del presidente de Argentina, Javier Milei, como presidente pro tempore del Mercado Común del Sur (Mercosur) para los próximos seis meses, representa un desafío para Brasil con Luiz Inácio Lula da Silva, y el régimen de Maduro en el contexto político y económico de Venezuela.
Venezuela forma parte del bloque de países del sur que conforman Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, desde 1998, pero en 2017 el país fue suspendido por unanimidad, tras consultas realizadas entre los cancilleres de los Estados Partes del bloque.
En un comunicado, Mercosur informó que “se constató la ruptura del orden democrático de la República Bolivariana de Venezuela”, luego de que fue disuelta la Asamblea Nacional electa en 2015, por sendos fallos del Tribunal Supremo que permitió la instalación de una Constituyente ilegal.
Consideró que “toda ruptura del orden democrático constituye un obstáculo inaceptable para la continuidad del proceso de integración” y precisó que la suspensión cesará cuando “se verifique el pleno restablecimiento del orden democrático” en Venezuela.
La presencia de Milei, el más fuerte adversario de Maduro en la región, añade un elemento de contención principalmente para el régimen de Venezuela, país con una crisis severa que queda al margen del mercado de exportaciones y de beneficios por aranceles.
Mercosur es en la actualidad el «único bloque comercial”, luego de la disolución de Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que fue creada por iniciativa de Hugo Chávez, en 2019.
Milei: no al narcoterrorismo
Milei, en su discurso al asumir la presidencia in tempore, indicó que durante su gestión «explorará un régimen de mayor flexibilidad y autonomía comercial para los integrantes del bloque, para que cada uno pueda entablar acuerdos comerciales que le resulten convenientes».
«Que cada país pueda determinar hasta dónde sí y hasta dónde no haciéndose eco de las necesidades de su propia población», dijo sin mencionar el tema Venezuela.
Y fustigó la «triple frontera» entre Argentina, Brasil y Paraguay que «se ha convertido en un colador para las bandas narcoterroristas, que cada día expanden más su mancha de influencia en la región». Pidió conformar una “agencia ágil y moderna en métodos y recursos para que acaben con ellas.
FUENTE: Con información de redes, Mercosur, defensa.com, argentina.gob.ar, primicia.com