El auge del comercio del aguacate en México ha ido acompañado de un aumento en la actividad delictiva en las regiones productoras de este cultivo, especialmente en el estado de Michoacán. Un informe reciente explica que, en lugar de inhibir el crecimiento del mercado legal, la presencia de grupos criminales ha contribuido a su expansión.
Por InSight Crime
El informe, publicado el mes pasado por la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transaccional (Global Initiative Against Transactional Organized Crime, GITOC), explora la compleja relación entre los productores de aguacate y los grupos criminales que los extorsionan y al mismo tiempo los ayudan.
Mientras que los grupos del crimen organizado extorsionan a los productores legales en cada paso de la cadena de valor, también ayudan a expandir la industria del aguacate, desplazando y matando a personas en tierras protegidas, arrasando bosques protegidos y “limpiando” grandes áreas para ser ocupadas por cultivos de aguacate.
En 2022, el aguacate era el segundo cultivo más valioso de México, después del maíz. La industria, valorada ahora en US$3 mil millones al año, es esencial para la economía de México.
InSight Crime habló con Romain Le Cour, uno de los autores del informe y experto del GITOC para saber más sobre la intersección entre los intereses criminales y la esfera legal.
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