Un consorcio de inversionistas liderado por BlackRock acordó comprar participaciones mayoritarias en puertos a ambos lados del Canal de Panamá de CK Hutchison por 22.800 millones de dólares, dijeron las compañías el martes.
CK Hutchison, el imperio empresarial del multimillonario hongkonés Li Ka-shing, ha estado en la mira desde que, un mes antes de volver a la Casa Blanca, Donald Trump denunció la influencia china sobre el canal de Panamá, donde el grupo opera dos de los cinco puertos, lo que representa una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos.
En una entrevista en The Megyn Kelly Show, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, denunció que empresas chinas controlan puertos en ambas entradas del canal, lo que podría permitirles bloquear el paso en caso de un conflicto, representando una amenaza directa a la seguridad nacional de Estados Unidos.
«Estas compañías [localizadas en cada extremo del canal] no son independientes. Son extensiones del gobierno chino y controlan las entradas y salidas del canal», sostuvo el jefe de la diplomacia estadounidense.
Rubio afirmó que el gobierno de Trump dispone de pruebas de que estas empresas, aunque operen con nombres distintos, responden directamente a los intereses de China y podrían, en un escenario de conflicto, bloquear el tránsito de embarcaciones estratégicas para Estados Unidos.
Trump amenazó con recuperar el canal e incluso no descartó el uso de la fuerza.
El acuerdo pondría los puertos clave bajo propiedad corporativa estadounidense CK Hutchison, con sede en Hong Kong. El Canal de Panamá está controlado por Panamá, pero los puertos de propiedad extranjera en ambos lados han sido señalados como una amenaza por la administración Trump.
Empresas chinas dispuestas a «ceder»
Pero ahora Hutchison acordó ceder su participación en la operación de los puertos y otras instalaciones a un grupo liderado por el gigante gestor de activos BlackRock por 22.800 millones de dólares, según un comunicado conjunto divulgado el martes en Hong Kong.
El acuerdo pondría los puertos clave bajo propiedad corporativa estadounidense de CK Hutchison, con sede en Hong Kong.
El traspaso de la operación de los puertos panameños «sería una salida a la crisis diplomática sin necesidad de cancelar el contrato, lo que perjudicaría aún más el clima de inversiones en Panamá, y sin provocar represalias por parte de Pekín», dijo Benjamin Gedan, director del programa para América Latina del Wilson Center, un centro de estudios con sede en Washington.
«China no juega ningún rol en la operación del canal y si esta empresa deja de controlar estos dos puertos, sería difícil argumentar que China controla el canal», segùn Gedan, una opoiniòn que el gobierno de Estados Unidos rechaza.
Por su lado, Jorge Quijano, exadministrador del canal, dijo que «siempre pensé que esto iba a acabar en una transacción comercial por algún consorcio», cuyos intereses no se opusieran a los «del presidente de los Estados Unidos».
«Con esto termina el ataque de que los puertos de Balboa y Cristóbal son una amenaza para el canal de Panamá por sus vínculos con una empresa de Hong Kong», añadió Quijano.
El gobierno panameño no ha reaccionado al anuncio efectuado en un día feriado en Panamá.
«Concesión inconstitucional»
Mientras tanto, la fiscalía de Panamá sugirió anular por «inconstitucional» la concesión otorgada en 1997 a una empresa china para operar dos puertos en los accesos del canal interoceánico, en medio de advertencias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de recuperar la vía argumentando que está controlada por Pekín.
La solicitud fue hecha por el fiscal jefe panameño, Luis Carlos Gómez, ante la Corte Suprema, que analiza actualmente dos demandas contra el contrato de concesión otorgado a Panama Ports Company, subsidiaria de la empresa Hutchison Holdings, con sede en Hong Kong.
Además, la compañía está bajo auditoría de la Contraloría panameña para determinar si cumple sus compromisos financieros con el Estado.
Según Gómez, el contrato es inconstitucional, por lo que solicitó a la Corte «que así lo declare al momento de pronunciarse».
«Nueva geopolítica»
El 21 de enero, al día siguiente del regreso de Trump al poder, las autoridades panameñas iniciaron la auditoría a Panama Ports, la subsidiaria de Hutchison que opera los puertos de Balboa y San Cristóbal, en las entradas del canal por el Pacífico y el Atlántico, respectivamente.
La auditoría buscaba «garantizar el uso eficiente y transparente de los recursos públicos», según la Contraloría panameña.
«Los negocios son la nueva geopolítica en la era Trump», dijo la politóloga panameña Sabrina Bacal. Algunos verán como un alivio» el traspaso de la operación de los dos puertos en el canal al grupo estadounidense, agregó.
Sin embargo, «la realidad es que los panameños nos quedaremos sin saber las bellezas que hubiese arrojado la auditoría a Panama Ports», iniciada por la justicia en el país centroamericano en medio de las presiones de Trump, estimó Bacal.
Paralelamente, la Corte Suprema analiza desde febrero dos demandas de nulidad contra el contrato de concesión de los puertos a la compañía hongkonesa, suscritos originalmente en 1997 y prorrogados por 25 años en 2021.
Durante su discurso de investidura, Trump reiteró su intención de tomar el control de la vía interoceánica, incluso por la fuerza. «Vamos a recuperarlo, o algo muy potente va a suceder», advirtió.
«El canal es y seguirá siendo de Panamá», respondió poco después el presidente panameño, José Raúl Mulino, quien negó que hubiese interferencia extranjera en la administración de la vía, construida e inaugurada por Estados Unidos en 1914 y en manos panameñas desde el 31 de diciembre de 1999.
Puente de deportaciones
El 22 de enero, Hutchison aseguró en un comunicado que había pagado a Panamá «la suma de 59 millones (de dólares), que incluye pagos por dividendos adelantados, totalizando 658 millones durante la concesión».
La empresa hizo el pronunciamiento luego de que el contralor panameño, Anel Flores, la acusara de no haber pagado «ni un centavo» al Estado panameño en los últimos tres años.
Estados Unidos y China son los dos principales usuarios de la ruta de 80 kilómetros, que une los océanos Pacífico y Atlántico, y por la que pasa el 5% del comercio marítimo mundial.
Hutchison movilizó el 39% de los contenedores que pasaron por muelles panameños en 2024, según la Autoridad Marítima de Panamá.
Tras los reclamos del presidente Trump, Panamá se salió del estratégico acuerdo chino de la Ruta de la Seda.
FUENTE: Con informaciòn de AFP y Redacción