Tras las acusaciones infundadas de Donald Trump durante el debate presidencial del 10 de septiembre de que migrantes haitianos en Springfield, Ohio, secuestran y comen mascotas.
“Se están comiendo a los perros, se están comiendo a los gatos. Se están comiendo a las mascotas de la gente que vive allí”, dijo Donald Trump, Candidato presidencial.
Comunidades migrantes reaccionaron a lo que consideran otro ejemplo de la retórica antiinmigrante de Trump en sus campañas y una manera de deshumanizar a las comunidades de color.
“Hay miedo. Hay mucho temor en este momento. Algunos de las habitantes hablan de irse de Springfield, algunos temen por su vida. Es un poco difícil para nosotros”, aseguró Rose-Thamar Joseph, Centro Haitiano de Ayuda Comunitaria.
Autoridades en Springfield a través de un comunicado dijeron que no hay informes creíbles de que mascotas hayan sido abusadas o dañadas por la comunidad inmigrante ni reportes de secuestros. Este migrante caribeño en Nueva York dice que se sintió ofendido por los comentarios de Trump.
“Eso me dolió y me siento asqueado. Siento que él necesita componerse. Es horrible lo que está haciendo y está mal. Eso es todo lo que tengo que decir. Lo que está haciendo está mal”, comentó Brian, migrante caribeño en Nueva York.
El candidato a la vice presidencia J.D. Vance en su cuenta de X había dicho que recibió reportes de secuestros de mascotas y animales salvajes en Ohio pero también aclaró que pudieran ser rumores. Y el senador republicano por Texas, Ted Cruz, pidió votar por Trump para que no se coman los gatos. En Arizona, una valla publicitaria reza: ‘coma menos gatos, vote republicano’ y en una mofa a estos comentarios la ministra de energía alemana dijo en su cuenta de X, “nosotros tampoco comemos gatos y perros».
En un hecho no relacionado, en agosto 26, una mujer nacida en Ohio y que no era haitiana como se dijo, fue arrestada por cargos de crueldad animal y alteración del orden público por torturar y comerse un gato delante de varias personas, incidente que tal vez habría desatado esta polémica. Ángela González, Voz de América, Nueva York.