WASHINGTON- Los republicanos pidieron una pausa en las licencias petroleras y más presión contra el régimen venezolano, los demócratas lamentaron que la diplomacia no dé fruto, pero ambos coincidieron en plantar cara a la «dictadura» de Nicolás Maduro, en una sesión este viernes en el Congreso estadounidense.
En un país muy polarizado, sobre todo cuando faltan menos de 50 días para las elecciones presidenciales estadounidenses, cuesta encontrar puntos en común entre los republicanos que secundan al expresidente Donald Trump y los demócratas del presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris.
Pero una sesión del subcomité para América Latina y el Caribe de la Cámara de Representantes dejó patente que se dan la mano contra lo que califican de «dictadura» del gobernante venezolano Nicolás Maduro.
La sintonía se acaba aquí. Discrepan sobre cómo hacerle frente.
Con el ímpetu que la caracteriza, la republicana Elvira Salazar denunció «una cruel contradicción».
«Maduro ha intensificado su brutalidad y mientras tanto las compañías petroleras estadounidenses y europeas (…) han aumentado su bombeo y sus ganancias alimentando directamente la maquinaria tiránica de opresión», condenó.
La industria petrolera de Venezuela se halla bajo sanciones desde 2019, pero Washington otorga licencias individuales para operar en Venezuela a varias compañías, como la estadounidense Chevron, la española Repsol y la francesa Maurel & Prom.
Venezuela es el país con teóricamente las mayores reservas de hidrocarburos del mundo aunque la producción cayó drásticamente de 3 millones de barriles por día hace más de una década a unos 870.000 barriles diarios actuales.
«Sangre en las manos»
Salazar acusó a las petroleras de tener «sangre en las manos» por lucrarse pese a los 27 muertos en las protestas desencadenadas cuando Maduro fue proclamado reelecto tras las elecciones del 28 de julio.
La represión poselectoral «ha sido severa y sin precedentes en la historia del país», afirmó Enrique Roig, un alto cargo del Departamento de Estado.
La oposición liderada por María Corina Machado asegura que Edmundo González Urrutia ganó las presidenciales. Washington le da la razón y presiona a Caracas pero el régimen chavista no da el brazo a torcer.
Así las cosas qué se puede hacer?
Salazar lo tiene claro: «una pausa en cada licencia petrolera», reconocer a González Urrutia como el presidente legítimo y poner un precio de 25 millones de dólares» a las «cabezas» de Maduro y sus colaboradores con la esperanza de que alguien en las fuerzas armadas venezolanas esté altamente motivado para entregarlos.
«Si nosotros, la administración Biden y los republicanos no arreglamos este lío, vamos a tener otros 4 millones de venezolanos llamando a nuestra frontera sur mañana», advirtió.
Salazar conminó a Kevin Sullivan, otro alto cargo de la oficina del Departamento de Estado para América Latina, a dar explicaciones.
¿Por qué autorizaron las licencias y van a dar más?, le preguntó.
Él respondió con evasivas.
«El Tesoro administra las licencias y seguimos revisando nuestra política de sanciones», dijo.
«No trate de engañarme, señor Sullivan, sabemos que el Departamento de Estado es el que dicta la política exterior», respondió ella.
«Siempre estamos evaluando cómo podemos utilizar mejor nuestras sanciones», dijo Sullivan, dejando abierta la posibilidad de suspender las licencias.
El demócrata Joaquín Castro se mostró favorable a las sanciones pero estimó que Washington debe «establecerlas de una manera que ejerza suficiente presión sobre un gobierno para que haga lo correcto (…) y al mismo tiempo no devaste tanto una economía».
En su opinión «Estados Unidos no es y no puede ser el actor principal», sino que tiene que cooperar con sus «aliados» en la región.
«Pueden pasar muchas cosas»
«Nuestro papel es y debe ser de apoyo» a la diplomacia, dijo.
No obstante le preocupa que Brasil, Colombia México y Catar, que ejercían de intermediarios en la crisis venezolana, «parecen estar inactivos en este momento».
«Creo que ninguno de nuestros socios ha percibido una verdadera apertura o flexibilidad hasta ahora por parte de Maduro», convino Sullivan, todavía optimista porque «pueden pasar muchas cosas entre una elección y una toma de posesión», prevista en enero.
«Desafortunadamente, Brasil, Colombia y México se han mantenido neutrales», apuntó el también demócrata Greg Stanton.
El republicano Mark Green afirmó que Cuba está ayudando a Maduro para mantenerse en el poder, lo que Sullivan confirmó pero evitó decir si el gobierno de Biden hace algo para impedirlo.
FUENTE: Con información de AFP