LA HABANA — Cuba se enfrenta a una crisis demográfica que va más allá de la simple disminución de su población. La combinación de una alta tasa de emigración y una mortalidad que supera a los nacimientos está desencadenando una serie de problemas que están transformando profundamente la estructura social y económica de la isla.
Desde el acelerado envejecimiento de la población hasta las presiones sobre el sistema de salud y las pensiones, las repercusiones son vastas y complejas. Según reseña Martí Noticias, especialistas han comenzado a analizar estas consecuencias, advirtiendo sobre los desafíos críticos que el país debe enfrentar para asegurar su futuro.
A continuación, exploramos en detalle cómo el decrecimiento poblacional está impactando a Cuba, con perspectivas que destacan la urgencia de abordar esta crisis de manera integral:
1. Envejecimiento acelerado de la población
Uno de los efectos más alarmantes del decrecimiento poblacional es el envejecimiento acelerado de la población cubana. Elaine Acosta, socióloga y profesora de la Florida International University (FIU, por sus siglas en inglés), destaca que “la disminución de la población joven y el aumento de los ancianos presentan un desafío considerable para el sistema de salud, que deberá adaptarse a una demanda creciente de atención geriátrica”.
2. Reducción de la fuerza laboral
La emigración de jóvenes y profesionales está reduciendo la fuerza laboral en Cuba. Juan Carlos Albizu-Campos, profesor de la Universidad de La Habana, advierte que “la fuga de talento afecta directamente la capacidad de producción del país. Sin una población activa suficiente, la economía se estancará”. Esta disminución de la fuerza laboral también limita la capacidad de innovación y desarrollo en sectores clave de la economía.
3. Presión sobre el sistema de pensiones
El sistema de pensiones cubano enfrenta una crisis inminente debido al decrecimiento poblacional. Angel Marcel Rodríguez Pita, sociólogo y economista, señala que “con menos trabajadores contribuyendo al sistema y un aumento de pensionados, la sostenibilidad del sistema se convierte en una preocupación grave. Esto obligará al régimen a implementar medidas urgentes para garantizar la seguridad económica de los jubilados”.
4. Impacto económico general
La reducción de la población afecta la demanda interna de bienes y servicios. Rodríguez Pita añade que “menos habitantes significan menos consumo, lo que a su vez puede llevar a una contracción del mercado interno y a una disminución de los ingresos para las empresas”. Además, la emigración de profesionales calificados limita la capacidad de crecimiento económico, haciendo que la economía dependa cada vez más de un mercado laboral menos preparado y de menor productividad.
5. Baja tasa de natalidad
La tasa de fecundidad en Cuba, que oscila entre 1,7 y 1,8 hijos por mujer, refleja las dificultades económicas y la falta de recursos básicos para las familias. Acosta menciona que “esta baja tasa de natalidad es una preocupación a largo plazo, ya que perpetúa el ciclo de decrecimiento y envejecimiento”. La falta de apoyo para las familias jóvenes y las condiciones económicas adversas desincentivan la natalidad, contribuyendo aún más al problema demográfico.
7. Desigualdades sociales acentuadas
El decrecimiento poblacional está exacerbando las desigualdades sociales en Cuba. Rodríguez Pita subraya que “los sectores más vulnerables, como las personas sin hogar y aquellos con acceso limitado a recursos, están siendo los más afectados por la falta de alimentos y medicamentos”. Esto no solo agrava la crisis humanitaria, sino que también plantea desafíos para la cohesión social y el bienestar general de la población.
8. Desafíos para el desarrollo sostenible
La combinación de una población en declive y un envejecimiento acelerado presenta serios desafíos para el desarrollo sostenible de Cuba. Albizu-Campos concluye que “las políticas públicas deberán adaptarse rápidamente para abordar estos problemas demográficos, promoviendo un entorno que incentive la natalidad y retenga el talento”. La falta de una estrategia clara y efectiva para enfrentar el envejecimiento demográfico y la reducción de la población podría tener consecuencias duraderas para el desarrollo socioeconómico del país.
FUENTE: Con información de Martí Noticias