MIAMI- El Centro por una Cuba Libre realizó una seria advertencia sobre la implementación de la ley número 162 de Comunicación Social en la Isla, aprobada y publicada el 5 de junio de este año. Esta ley, introducida en 2023, representa un nuevo intento del régimen cubano por consolidar su control sobre la información, restringiendo de manera significativa las libertades de prensa, expresión y pensamiento en el país.
La ley 162 establece en su Artículo 5.1 que “el Sistema de Comunicación Social actúa conforme al Estado socialista de derecho y justicia social […] expresión del pensamiento y el ejemplo de Martí y Fidel y las ideas de emancipación social de Marx, Engels y Lenin”.
La nueva normativa coloca en la ilegalidad cualquier ideología, opinión o contenido que no esté alineado con el oficialismo, esto deja en una situación de vulnerabilidad y represión a periodistas independientes y ciudadanos que buscan expresarse libremente.
El apartado 5.2 de la ley refuerza esta política al señalar que «la proyección y el desarrollo del Sistema de Comunicación Social afianzan los fundamentos políticos, ideológicos, económicos, sociales y culturales de la sociedad y el Estado», evidenciando el control total que el régimen ejerce sobre los medios de comunicación.
Amenaza directa a la prensa independiente
Periodistas independientes desde la Isla han manifestado su temor ante lo que consideran un golpe definitivo a la libertad de prensa en Cuba.
Rolando Rodríguez Lobaina, director de la Agencia Palenque Visión, advierte que «la dictadura cubana acaba de lanzar una nueva Ley que tiene como objetivo coartar la libertad de prensa en Cuba». Según Rodríguez Lobaina, el régimen ha implementado esta ley para silenciar a quienes, a través de medios alternativos e independientes, han logrado dar voz a los cubanos reprimidos durante décadas.
“No es un secreto que la población cubana ha ido opinando en las redes sociales cada vez más», añadió, señalando que, en respuesta, el régimen implementó una serie de regulaciones previas, como la ley 370, que sanciona con multas y penas de prisión a quienes critiquen al régimen o sus funcionarios en internet.
Además, el periodista denunció que el régimen utiliza estas medidas como una forma de controlar las opiniones de los ciudadanos en un contexto de creciente descontento social. Las redes sociales se han convertido en un espacio clave para las denuncias y la difusión de información no oficial, y el régimen cubano busca detener este flujo a través de sanciones severas.
«La prensa independiente ha jugado un papel importantísimo en despertar la conciencia y en mostrar la realidad de lo que ha sido la dictadura», afirmó Rodríguez Lobaina.
«Persecución a periodistas»
El periodista independiente Yoanny Limonta, desde Cienfuegos, compartió una visión igualmente sombría sobre la situación que atraviesa el periodismo en Cuba bajo esta nueva ley. «La Ley 162 al igual que las leyes 370 y 349 es el jaque mate, es la sentencia de muerte para los periodistas independientes», advierte.
Además, Limonta, afirmó que el régimen no solo busca censurar, sino también castigar con prisión a quienes se atrevan a criticarlos. «Con esto se busca que el periodismo independiente muera, y de no ser así te van a ir a buscar cuando publiques cosas en contra del gobierno», agregó.
Este panorama se ha materializado en el reciente encarcelamiento del periodista Yeris Curbelo, de la agencia Palenque Visión, quien fue condenado a dos años de prisión por reportar en vivo las manifestaciones del 20 de mayo de este año en Caimanera, provincia de Guantánamo.
Su arresto es una clara señal de que el régimen no tolerará la difusión de información que desafíe la narrativa oficial, especialmente si esta proviene de las protestas y manifestaciones crecientes en el país. «Lo que le estaban cobrando es haber reportado en vivo», comentó Rodríguez Lobaina.
Control creciente sobre la información
La nueva ley se suma a una serie de normativas represivas que el régimen ha venido imponiendo para mantener un control férreo sobre la información.
“La prensa independiente ha sido crucial para ponerle voz a los que no la han tenido en más de 60 años”, afirmó Rodríguez Lobaina, quien ve esta nueva normativa como un último intento por parte del régimen para silenciar cualquier tipo de disidencia. «Son medidas que el régimen impone porque necesita que el pueblo se calle», agregó, advirtiendo que esta ley es una herramienta más en la estrategia del régimen para sofocar el creciente descontento social.
Con la aprobación de esta ley, el régimen cubano reafirma su objetivo de mantener un monopolio absoluto sobre la información y acallar cualquier crítica al sistema.
FUENTE: Comunicado de prensa