Inda Peñarrieta posa frente a la Torre Eiffel en París, durante su viaje por Europa en el 2023. (Redes sociales/Ecuavisa)
El nombre de Inda Mariela Peñarrieta Tuárez es conocido dentro y fuera de Ecuador. El último viernes, ella junto a sus tres hijos fueron expulsados de Argentina, donde compraron una casa y se instalaron luego de la fuga de su esposo, el líder de los Choneros, Adolfo Macías Villamar, alias Fito, uno de los criminales más buscados del Ecuador, cuya ausencia en la prisión fue reconocida por el gobierno de ese país el 8 de enero.
Por Infobae
Peñarrieta nació en Junín, en la provincia de Manabí, a 232 kilómetros al norte de Guayaquil. La mujer se convirtió en una figura perseguida por la justicia al casarse el actual líder de Los Choneros, una organización narcocriminal. Su historia revela su rápido ascenso económico, su estilo de vida lujoso y una trayectoria judicial envuelta en controversias.
Inda, que comenzó como enfermera de profesión, experimentó una asombrosa transformación económica en menos de seis años. Su riqueza se reflejó en la adquisición de propiedades y bienes materiales que compartía abiertamente a través de su perfil de Facebook. Esta plataforma se convirtió en un escaparate virtual donde mostraba su lujosa vida en Manta, en Manabí, una ciudad considerada como el centro de negocio del crimen organizado en Ecuador.
Inda Peñarrieta en la cárcel regional celebrando su cumpleaños. (Redes sociales/Ecuavisa)
En sus redes sociales, Inda exhibía su extensa residencia, prendas de marca exclusivas e incluso su hacienda personal con figuras de leones un símbolo asociado a Los Choneros. Pero a pesar de ser muy activa en las redes sociales, siempre estuvo presente la sombra del crimen. Las autoridades ecuatorianas la han vinculado a investigaciones por lavado de activos, evasión de impuestos y enriquecimiento ilícito. A pesar de las acusaciones iniciales, se ha declarado a Inda y a otros implicados como inocentes.
El historial delictivo de Inda tuvo un importante episodio en 2017, cuando enfrentó cargos por delincuencia organizada junto con su esposo y otras 40 personas. Sin embargo, una decisión abstentiva emitida por el fiscal en noviembre de 2017 condujo a la devolución de sus bienes en enero de 2018.
En el año 2020 surgió otro proceso legal para Inda, esta vez relacionado con un presunto enriquecimiento privado injustificado, lo que volvió a ponerla bajo escrutinio judicial, no solo a ella sino a dos de sus hermanos, a su cuñado y a un primo de alias Fito. La investigación incluyó un examen detallado de dos empresas donde ella era accionista y representante legal: Queen Water S.A. y Jomavi S.A. La Fiscalía argumentó que hubo un aumento “injustificado” en su patrimonio y transacciones diseñadas para aparentar legalidad.
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