El artista indio de arena Sudarsan Pattnaik crea una escultura de arena del vuelo MH370 desaparecido de Malaysia Airlines en la playa de Puri, en el estado oriental de Odisha, el 7 de marzo de 2015. (Foto de J .K. Jagdev / AFP)
El 8 de marzo de 2014, el vuelo MH370 de Malaysia Airlines desapareció del radar. Diez años después, las familias de las víctimas viven todavía acechadas por preguntas sin respuesta sobre qué ocurrió con sus seres queridos.
“Cada año que pasa sin que se encuentre el avión es otro año de angustiante espera”, explica la malasia Grace Nathan, hija de una víctima, ahora convertida en abogada y portavoz de las familias.
Su madre Anne Daisy, que entonces tenía 56 años, era una de los 239 pasajeros y tripulantes del Boeing 777 despegado de Kuala Lumpur con destino a Pekín, que desapareció de repente en el océano Índico.
Durante casi tres años se buscaron los restos del aparato en una zona de 120.000 kilómetros cuadrados, en una de las mayores operaciones de este estilo en la historia de la aviación.
Pero solo se encontraron algunos fragmentos.
A pocos días del décimo aniversario de la catástrofe, el primer ministro malasio, Anwar Ibrahim, declaró el lunes que estaría “feliz de relanzar” la búsqueda en caso de aparecer pruebas “convincentes”.
“Noches en blanco”
Li Yan Lin, de 28 años, volaba con ese avión hacia Pekín porque sus padres querían presentarle una futura esposa. Nunca llegó a conocerla.
“Decidimos dejar nuestra casa para vivir en un nuevo lugar y también aliviar nuestras emociones”, cuenta su madre Liu Shuang Fong, que participó el domingo en una concentración de familias en Kuala Lumpur para conmemorar el décimo aniversario de la desaparición.
“Paso todavía noches en blanco esperando que llame a nuestra puerta. Pienso en mi hijo todos los días”, afirma.
Para algunos, el dolor acumulado en los últimos diez años es mucho peor que la conmoción inicial.
“No me atrevo a reflexionar lo que hemos pasado desde hace diez años”, asegura Jiang Hui, cuya madre iba en el fatídico vuelo.
“El tormento y el dolor de los últimos diez años, todos estos daños secundarios causados a los familiares, han superado de largo el dolor inicial. No es dos o tres veces peor, sino diez o cien veces peor”, confía a la AFP desde Pekín.
Para Jacquita Gonzales, cuyo marido era miembro del personal de cabina, la única manera de aliviar el dolor sería encontrar el avión.
“Es por esto que es importante continuar la búsqueda. No hace falta que eso siga siendo un misterio”, defiende esta mujer, que también se manifestó el domingo en Kuala Lumpur con otros 500 allegados de los pasajeros desaparecidos.
“Todos necesitamos saber”
La desaparición del avión ha sido objeto de multitud de teorías, como una que la atribuía a un acto deliberado del piloto, Zaharie Ahmad Shah, un profesional experimentado de 53 años.
Un informe publicado por Malasia en 2018 señaló fallos en el control del tráfico aéreo y señaló que la trayectoria del avión había sido modificada manualmente, pero no alcanzó ninguna conclusión firme.
El ministro malasio de Transportes, Anthony Loke, anunció el domingo que se iba a reunir con representantes de la sociedad de exploración marina Ocean Infinity para una eventual reanudación de la búsqueda.
Esta firma con sede en Texas ya llevó a cabo una investigación infructuosa en 2018, después de una vasta operación desplegada por Australia y suspendida en enero de 2017.
Para Blaine Gibson, un cazatesoros estadounidense y exabogado que encontró los escasos restos del vuelo MH370, descubrir la “verdad” sobre lo ocurrido no solo beneficiará a las familias, sino también a los clientes corrientes de las aerolíneas.
“Todos necesitamos saber cuando subimos a un avión que no vamos a desaparecer”, dijo a la AFP. “Malasia también necesita una respuesta. Hay que encontrar el avión, dejarlo todo atrás y avanzar”. AFP