El gobierno de Estados Unidos confiscó en República Dominicana uno de los aviones utilizados por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y otros miembros de su gobierno tras determinar que su adquisición violó sanciones estadounidenses. El avión, un pequeño Dassault Falcon 900EX fue llevado de Santo Domingo al aeropuerto de Fort Lauderdale, en el estado de Florida.
La Casa Blanca dijo a la Voz de América que esta incautación fue un paso importante para garantizar que Maduro siga sintiendo las consecuencias de su mal gobierno en Venezuela. Recordamos que esta operación fue un trabajo conjunto de los Departamentos de Justicia, Comercio y Seguridad Nacional.
En materia penal, estamos hablando de algo inaudito. Según las autoridades estadounidenses, esto envía un mensaje claro: nadie está por encima de la ley y de las sanciones estadounidenses.
Matthew Axelrod, Subsecretario de Comercio de EEUU para el Control de Exportaciones dijo en un comunicado:
«No importa cuán elegante sea el jet privado o cuán poderosos sean los funcionarios: trabajaremos incansablemente con nuestros socios aquí y en todo el mundo para identificar y devolver cualquier avión contrabandeado ilegalmente desde Estados Unidos».
Según el Departamento de Justicia la aeronave fue comprada ilegalmente por 13 millones de dólares a través de una empresa fantasma caribeña y sacada de contrabando de Estados Unidos en abril de 2023 para uso del gobierno venezolano.
El fiscal general Merrick Garland dijo:
«El Departamento de Justicia seguirá persiguiendo a quienes violen nuestras sanciones y controles de exportación con el fin de evitar que utilicen recursos estadounidenses para socavar la seguridad nacional de Estados Unidos».
El gobierno estadounidense trabajó en estrecha colaboración con República Dominicana, que notificó a Venezuela sobre la incautación de este avión que había estado en República Dominicana en los últimos meses. Sobre la investigación, José Figueroa, agente Especial del Departamento de Seguridad Nacional dijo a la Voz de América que:
“Esta investigación trata de una violación de las sanciones de los Estados Unidos al régimen de Nicolás Maduro, al igual que otras violaciones criminales que aún estamos investigando, además de violación de sanciones.”
Frente a la pregunta: «¿Hay algún tipo de sospecha sobre el tráfico de drogas en este avión?
Figueroa respondió: “La investigación continúa y no quisiera entrar en esos detalles.”
Esta confiscación es el último avance en lo que desde hace tiempo ha sido una relación fría entre Estados Unidos y Venezuela y marca una escalada mientras Estados Unidos continúa investigando lo que considera prácticas corruptas por parte del gobierno de Venezuela. Por su parte, Caracas dijo en un comunicado que este secuestro fue un acto de piratería.