El presidente estadounidense Joe Biden llega con la primera dama Jill Biden para hablar en el Montgomery County Community College en Blue Bell, Pensilvania, el 5 de enero de 2024. – El discurso de Biden se produce antes del tercer aniversario del asalto al Capitolio de Estados Unidos. (Foto de Mandel NGAN / AFP)
Las conclusiones de la investigación liderada por el fiscal especial Robert Hur sobre el manejo de documentos clasificados por parte de Joe Biden cuando dejó de ser vicepresidente en 2017 encendieron la precampaña para las elecciones presidenciales de noviembre.
Anthony Zurcher || BBC Mundo
La conclusión principal fue que el ahora presidente no enfrentaría cargos criminales por sus acciones, a pesar de la evidencia de que había “deliberadamente guardado y divulgado material clasificado”.
Pero eso quedó en segundo plano. Entre las razones que Hur mencionó para explicar por qué decidió no hacer un juicio al presidente de 81 años fue porque probablemente infundiría la simpatía de un jurado que lo vería como un “hombre anciano, bienintencionado con una mala memoria”.
Esa frasé alimentó las dudas sobre la edad de Biden y su competencia para fungir otros cuatro años en el poder que se han estado hirviendo a fuego lento prácticamente desde que Biden llegó a la Casa Blanca.
Por lo tanto, la conclusión del fiscal aportará más combustible a los ataques de los republicanos y atizará las preocupaciones entre algunos demócratas de que el presidente no está capacitado para desempeñar el trabajo cuatro años más.
Es una narrativa que la campaña de Biden ha estado tratando desesperadamente de contrarrestar, explicó Chris Borick, director del Instituto Colegial Muhlenberg de Opinión Pública.
“En las encuestas vemos, una y otra vez, datos que sugieren que ese es su mayor lastre de cara a estas elecciones, que los votantes creen que es simplemente muy viejo como postularse”, expresa.
No sorprende, entonces, que el informe de Hur provocara que la Casa Blanca lanzara una enérgica contraofensiva que incluyó una rueda de prensa improvisada del presidente, donde afirmó que su memoria estaba “muy bien”.
“Por supuesto que yo sé qué estoy haciendo”, dijo Biden, visiblemente molesto.
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