“Hannah Montana” es una de las series más exitosas en la historia de Disney (Foto: Disney)
Desde que Hannah Montana finalizó en 2011, Miley Cyrus mantuvo una relación de amor-odio con el programa. Hoy, en el día de su cumpleaños número 31, repasamos el legado tóxico del éxito que la hizo famosa.
Por Clarín
La historia empezó en 2006, precisamente el 23 de marzo, día en que la serie Hannah Montana fue lanzada al mundo a través de Disney Channel. Miley tenía 13 años y, si bien ya había aparecido en el éxito de Tim Burton El gran pez, todavía no había protagonizado ninguna ficción.
La trama del show gira en torno a una joven que vive una doble vida: es una superestrella pop (Hannah Montana), pero a la vez una estudiante común y corriente (Miley Stewart) que quiere evitar que se enteren de su rol como cantante.
Desde la primera emisión de Hannah Montana, Cyrus se empezó a ver envuelta en un abrumante torbellino de fama. En 2011, el año de la finalización de la serie, la actriz decidió que era momento de ponerle punto final a su interpretación de una estrella de pop ficticia para convertirse en una de verdad.
Miley estaba cansada de trabajar para el público infantil, de ser Stewart; necesitaba liberarse de su personaje en todo sentido, ser Cyrus. El despegue tuvo consecuencias, pero lo consiguió.
Miley y sus problemas de salud post Hannah Montana
En una entrevista con Marie Claire, Cyrus fue muy clara al respecto. Describió su tortuoso paso por la producción de Disney con experiencias que la condujeron a sufrir, por ejemplo, dismorfia corporal y problemas de salud mental.
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