Las teorías del arqueólogo Matthew Boulanger en la búsqueda de la expedición por la Ciudad de Oro lo llevó a Texas (la foto es ilustrativa) Foto de J. Amill Santiago en Unsplash
En los intrincados terrenos de la península de Texas, una diminuta hoja de obsidiana, apenas un poco más larga que una mano, se convierte en una reliquia que encierra relatos de aventuras, exploraciones y encuentros culturales. Este hallazgo arqueológico ha reavivado el interés en la búsqueda de la mítica Ciudad de Oro y el antropólogo Matthew Boulanger, de la Universidad Metodista del Sur, con su pasión y compromiso, está decidido a desentrañar sus secretos.
Por La Nación
Misterio en el desierto de Texas
Para Boulanger, esta pequeña pieza de obsidiana no es simplemente un trozo de piedra, sino una ventana al pasado, una conexión directa con la expedición liderada por Francisco Vásquez de Coronado en su afán por descubrir la mítica ciudad pavimentada de oro. Aunque modesto en tamaño, el artefacto desenterrado por el coleccionista Lloyd Erwin podría ser la clave para comprender los eventos históricos que tuvieron lugar hace más de cuatro siglos en los desiertos de Texas.
Una historia que cobra vida en Texas y deja de ser una leyenda
Dirigida por el conquistador español Francisco Vázquez de Coronado, la expedición se llevó a cabo entre 1540 y 1542. En este período, Coronado y su grupo, que incluía a indígenas mexicanos, recorrieron partes de lo que hoy es Texas, Nuevo México, Arizona y Kansas. El viaje de Coronado, un acontecimiento importante en la historia de la exploración norteamericana, mantiene con fascinación al antropólogo por el hallazgo de la hoja de obsidiana y su posible vínculo con esta expedición.
Hallazgo arqueológico que podría estar vinculado con la expedición en búsqueda de la Ciudad de Oro
Foto de Southern Methodist University
“Este pequeño y modesto artefacto cumple con todos los requisitos para una evidencia convincente de la presencia de Coronado en la península de Texas”, dijo Boulanger en el artículo publicado por la Universidad Metodista del Sur. “Es la forma correcta del artefacto, es totalmente consistente con otros hallazgos, el material correcto, encontrado en el lugar correcto y no hay indicios de un engaño intencional”, agregó.
El análisis de Boulanger, detallado en el Journal of the North Texas Archaeological Society, sugiere que la composición química de la hoja es consistente con materiales provenientes de la Sierra de Pachuca, en el centro de México, una región conocida por sus ricos depósitos de obsidiana. Esta conexión insinúa la participación de pueblos indígenas de México en la expedición de Coronado, desafiando la creencia anterior de que tales interacciones a larga distancia eran poco comunes.
Otros investigadores han rastreado el camino de los exploradores españoles y los pueblos indígenas de México a través de lo que hoy es Estados Unidos. Debido a que las hojas eran quebradizas, fueron descartadas en el camino cuando se rompieron. Un mapa reconstruido de la expedición de Coronado muestra que los viajeros probablemente pasaron por el rancho cerca de McLean Texas, donde creció el coleccionista Lloyd Erwin.
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