El único sospechoso del secuestro y asesinato de Madeleine, Christian Brückner , de 43 años – AFP
El principal sospechoso de la desaparición en 2007 de la niña británica Madeleine McCann en Portugal guardó silencio este viernes en el segundo día de su juicio por supuestas violaciones y agresiones sexuales ajenas al sonado caso.
Christian Brückner, un alemán de 47 años, es juzgado por agresiones sexuales y violaciones cometidos entre los años 2000 y 2017 en Portugal.
El juicio empezó la semana pasada en Brunswick, en el norte de Alemania, pero fue aplazado después de que la defensa planteara dudas sobre la imparcialidad de una jueza asesora. El juicio reabrió el viernes con un nuevo juez asesor.
Tras la lectura de los cargos, el abogado de Brückner, Friedrich Fuelscher, afirmó que su cliente se acogería a su derecho a guardar silencio.
El letrado insistió en que la defensa tenía importantes dudas sobre la evidencia recogida contra Brückner y dijo que dos de los tres cargos de violación se basaban en relatos de testigos que vieron imágenes de videos que ya no estaban disponibles.
El abogado puso la credibilidad de estos testigos en juego por sus “hábitos de consumo de drogas”. También alegó que no había pruebas del momento en que se cometieron los presuntos delitos, lo que significa que podrían haber proscrito.
En el tercer caso de violación, en el que fue acusado por una irlandesa de 20 años, Fuelscher afirmó que “la persona que cometió el delito no era el acusado”.
El representante legal también señaló que los dos casos de agresiones sexuales contra menores iban a ser difíciles de probar.
Brückner purga actualmente una pena de siete años de cárcel en Alemania por violar en 2005 a una estadounidense que entonces tenía 72 años en Praia da Luz, la localidad portuguesa donde veraneaba la familia McCann.
Si el tribunal lo declara culpable de todos los cargos, se enfrentará a una nueva sentencia de hasta 15 años de cárcel, informó una portavoz de la corte alemana a la AFP.
Maddie, que entonces tenía tres años, desapareció en 2007 del apartamento de alquiler donde su familia pasaba las vacaciones mientras sus padres habían salido a cenar cerca.
Su desaparición desencadenó una vasta campaña internacional para encontrarla.
Las sospechas contra Brückner, anunciadas oficialmente hace casi cuatro años, reavivaron la esperanza de sus padres, Gerry y Kate, de conseguir finalmente avances en la investigación.