Satanás FOTO: Policía Nacional
El alcalde Carlos Fernando Galán reconoció que la extorsión en Bogotá aumentó 51 por ciento este año, y un hecho de sicariato en el que perdieron la vida dos hombres dueños de una carnicería en Kennedy, en la última semana, dejó al descubierto una vez más hasta dónde pueden llegar las organizaciones criminales cuando los comerciantes no acceden a sus peticiones extorsivas.
Por El Tiempo
Aunque son al menos 160 bandas delincuenciales (según la Policía Metropolitana de Bogotá) las que operan, solo algunas de ellas se han relacionado con la extorsión como forma de financiar otros delitos, y solo dos son los grandes cabecillas detrás de esas amenazas e intimidaciones: Brayan Reyes Naranjo, alias Brayan la 38, máximo líder del nuevo ‘Tren de Aragua’ en Colombia, y José Manuel Vera Sulbarán, alias Satanás, que preside la organización que lleva este mismo nombre. Ambos están en prisión.
Una serie de audios revelados a EL TIEMPO por un investigador especializado en la desarticulación de estas bandas criminales puso en evidencia cómo Reyes Naranjo y Vera Sulbarán están operando desde la cárcel La Modelo, en Bogotá, y la de Girón, en Santander, para mover los hilos de la extorsión en la capital y algunos municipios de la región.
“Yo soy el que maneja las finanzas de la organización (el ‘Tren de Aragua’) (…) tengo 32 homicidios comprobados y faltan otros 15. Los muchachos trabajaron toda la noche paladeando esas viejas a ver si esta semana entregan algo”, dijo alias Brayan en una conversación con otra mujer recluida en la cárcel del Pedregal, en Antioquia, refiriéndose a las extorsiones que ejercen sobre las trabajadoras sexuales de Patio Bonito, en la localidad de Kennedy.
En otra grabación interceptada por los investigadores de la Sijín también se escuchó como él mismo Brayan llama desde La Modelo al administrador de un bar en Kennedy y lo amenaza por no vender el trago adulterado que el ‘Tren de Aragua’ comercializa en el sector. “¿Para qué me sacó el trago a la calle para que los tombos se lo lleven? Yo le voy a hablar claro y nadie puede trabajar con usted, ni mujeres ni meseros, ahora sí va a saber quién soy yo y debe pagar si quiere trabajar, si quiere abrir su negocio”.
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