Ridiculizada por Donald Trump como “comunista”, Kamala Harris hace gala de su credibilidad popular como capitalista.
Atacado por Harris como un niño rico que heredó 400 millones de dólares de su padre en “bandeja de plata”, Trump se inclina hacia su populismo más crudo.
Ambos candidatos presidenciales pronunciaron el miércoles discursos enfrentados en los que reflejan cómo afinan sus mensajes económicos para los votantes de los estados en disputa.
Ambos tratan de contrarrestar las críticas que reciben, al tiempo que presentan sus mejores argumentos ante un público al que aún le preocupa la salud de la economía.
La vicepresidenta Harris hablará en el Club Económico de Pittsburgh, donde planea hacer énfasis en una filosofía “pragmática”, al tiempo que describe nuevas políticas para impulsar la fabricación en el país, de acuerdo con un funcionario de campaña de alto nivel que pidió mantenerse en el anonimato para describir el discurso.
Las afirmaciones de la candidata demócrata se producen después de afirmar el domingo, ante un público de donantes adinerados en la Ciudad de Nueva York, que eliminaría cualquier “papeleo” que impida el crecimiento.
El expresidente Trump pronunció un discurso en Mint Hill, Carolina del Norte, en el que afirmó que la economía es débil, a pesar de que la inflación se ha reducido y que la tasa de desempleo se encuentra en un saludable 4,2 %.
El candidato republicano forjó su reputación como empresario, pero recientemente ha expresado su deseo de ejercer medidas enérgicas contra las empresas, y ha propuesto poner un tope a las tasas de interés de las tarjetas de crédito e imponer un estratosférico arancel de 200 % al fabricante de tractores John Deere si la empresa traslada empleos a México.
Cada uno de los candidatos hace énfasis en la economía, en un momento en que las encuestas muestran que ese es uno de los temas más importantes para los votantes cuando consideran a quién apoyarán. En una encuesta reciente de AP-NORC, se encontró que ninguno de los candidatos tiene una ventaja decisiva entre el público con respecto a este tema.
Ambos ansían adoptar una imagen de reductores de impuestos y acusan al otro de respaldar enormes aumentos fiscales para la clase media.
Se trata de un cambio importante en la comunicación de mensajes, en un momento en que las preocupaciones sobre la inflación disminuyeron ligeramente con el recorte de la semana pasada por la Reserva Federal a su tasa de interés de referencia.
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