Un hombre lleva un balde lleno de mangos después de arrancarlos de un árbol en Caracas, Venezuela, 6 de junio de 2016. REUTERS/Carlos García Rawlins
Algunas personas que viven en Tucupita, capital de Delta Amacuro, han estado cayéndole a palos a los mangos para así sobrevivir durante lo que va de enero, que denominan “el mes de la pelazón”.
Por Radio Fe y Alegría Noticias
De esta forma, han estado recurriendo a los árboles que ya tienen mangos, para así alimentarse de esta fruta y “aguantar la pela durante el día”, hasta que logran conseguir algo de comida.
El señor Juan Díaz y su familia, que viven en el sector Paloma, han tenido que alimentarse de mangos porque no poseen dinero para comprar alimentos. Él asegura que apenas percibe los bonos por el carnet de la patria que no les alcanza para nada.
Díaz manifestó que son varias las familias que están atravesando por esta situación, en un contexto en el que, aunque tienen varias siembras de rubros agrícolas, aún no han podido ser cosechados.
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