Crece el escándalo al interior del Ejército. En la imagen el general Jhon Rojas, el ministro Iván Velásquez, el presidente Gustavo Petro, el comandante del Ejército, Luis Manuel Ospina, y Leonardo Colmenares, conocido como el Teacher. | Foto: Semana/Guillermo Torres/Presidencia
El comandante del Ejército Nacional, general Luis Mauricio Ospina, lleva varios días envuelto en un estruendoso escándalo por acusaciones en su contra de montajes y seguimientos ilegales. Mientras tanto, la institución sufre el desgaste.
El presidente Gustavo Petro y su ministro de Defensa, Iván Velásquez, han decidido proteger a Ospina y atornillarlo al cargo, a pesar del alto costo en la moral de las tropas y la imagen pública de la institución.
Misteriosamente, y aún siendo tan crítico de las Fuerzas Armadas y los generales, el mandatario ha guardado silencio ante las graves denuncias. Velásquez, en cambio, se pronunció esta semana para apoyar al general Ospina, diciendo que no creía que hubiese “una orden ilegal del Comandante del Ejército”.
Pero las pruebas reveladas por SEMANA son contundentes y comprometen en materia grave al general Luis Mauricio Ospina. Por un lado, el general Jhon Rojas, con pruebas en la mano, lo señala de hacerle un montaje con otros generales y coroneles, para sacarlo del Ejercito. Mientras tanto, el teniente Acuña, oficial activo, confesó en la Fiscalía que participó del complot contra Rojas y reveló quiénes le dieron las órdenes, al tiempo que le pidió perdón al general (e) Rojas.
Por otra parte, la confesión de una agente de inteligencia, grabaciones e imágenes, dejaron al descubierto que el general Ospina ordenó a inteligencia y contrainteligencia investigar al profesor Leonardo Colmenares, quien había sido maestro de inglés de su esposa y con quien ella mantenía una amistad.
Contexto: Escándalo: “Mi general Ospina me hizo un montaje”. SEMANA revela las demoledoras pruebas que demuestran que al general Jhon Rojas lo acusaron falsamente para sacarlo del Ejército
En todo esto llama la atención, que el ministro Iván Velásquez ha tenido una actitud que no parece digna de su cargo. En el caso del profesor de inglés, justificó que el aparato de inteligencia y contrainteligencia del Ejército se pusiera al servicio de los intereses personales del comandante de la institución, absolviéndolo, aunque al “Teacher” lo siguieron ilegalmente para investigar los encuentros que tenía con la esposa del general Ospina y hasta incluyeron su nombre en un informe secreto, como si perteneciera a las Farc de Mordisco para poder rastrear su celular a través de la BIGAM.
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