El ex presidente de Bolivia Evo Morales (2006-2019) le dio un ultimátum este lunes al presidente del país, Luis Arce, exigiéndole que cambie a sus ministros en 24 horas si quiere terminar su gestión.
Por infobae
“Si Lucho (Arce) quiere seguir gobernando, primero en 24 horas que cambie a ministros narcos, a ministros corruptos drogos, que cambie a los ministros y ministras racistas, fascistas”, exclamó Morales durante un discurso en La Paz.
“Me equivoqué al nombrar a Lucho (Arce) presidente”, indicó Morales durante su intervención, y mencionó que el mandatario boliviano tiene “hundida” a Bolivia en una crisis económica por falta de dólares y escasez de combustible.
La marcha encabezada por Morales llegó a La Paz
La marcha encabezada por el ex presidente de Bolivia llegó este lunes a La Paz, después de que miles de sus seguidores se unieran a él en la ciudad de El Alto, para exigir que sea habilitado como candidato para las elecciones de 2025, a pesar de tener una prohibición constitucional.
El ex mandatario, seguido por mineros y sectores indígenas en primera fila, ingresó a la ciudad sede de Gobierno por la autopista principal que une ambas urbes en su séptimo día de una caminata que comenzó el 17 de septiembre desde la localidad de Caracollo, en la región andina de Oruro, y que fue calificada por el presidente Luis Arce como un “golpe de Estado” en su contra.
En la víspera se registraron algunos enfrentamientos en El Alto, entre los seguidores de Morales y sectores que defienden a Arce, que dejaron al menos una decena de heridos, según el reporte del Ministerio de Salud.
Freddy Mamani, diputado oficialista afín a Morales, informó que los manifestantes liderados por el ex presidente se concentrarán en el ingreso de La Paz, cerca de la autopista, donde leerán varias peticiones que tienen para el Gobierno de Arce.
Evo Morales durante la marcha (REUTERS/Claudia Morales)
“No vamos a amenazar a nadie, no vamos a entrar a la plaza Murillo, nos vamos a concentrar aquí donde será una fiesta para defender a Bolivia”, afirmó en una declaración en la Radio Kawsachun Coca, medio afín a Morales.
El presidente Arce envió varias invitaciones públicas a Morales para realizar un diálogo, sin embargo el ex mandatario dijo que no recibió ninguna invitación.
El domingo, en un mensaje televisado, Arce le advirtió a Morales que no le daría el “gusto de una guerra civil”, tras los enfrentamientos a palos y piedras entre manifestantes de ambos bandos que dejan 34 heridos en medio de la protesta opositora, según cifras oficiales.
Los seguidores de Morales sostienen que es una marcha para “salvar a la patria” ante problemas como la escasez de dólares y combustible y el encarecimiento de algunos productos básicos, y también exigen que se respeten las resoluciones de un congreso del Movimiento al Socialismo (MAS) realizado el año pasado -no reconocido por el Tribunal Electoral- en el que definieron la candidatura de Morales.
El Gobierno de Arce considera que la marcha promovida por Morales es un “golpe de Estado” que tiene la intención de apartarlo del poder para que asuma la Presidencia del país el titular del Senado, Andrónico Rodríguez, que es afín al ex gobernante.
Morales y Arce están distanciados desde finales de 2021 por diferencias en la Administración del Estado que se profundizaron ante la necesidad de renovar la dirección nacional del MAS, aún en manos del ex presidente, algo en lo que las facciones leales a ambos no han podido ponerse de acuerdo.
El Gobierno de Arce considera que la marcha promovida por Morales es un “golpe de Estado” (REUTERS/Claudia Morales)
“Nuestra marcha es para decir basta de corrupción, de un gobierno de familias, de encubrimiento al narcotráfico, de destrucción de la economía del pueblo y de ataque a nuestras organizaciones sociales”, escribió Morales este lunes en sus redes sociales.
Bolivia, un país rico en gas y recursos de litio -el mineral clave en la transición hacia energías limpias-, enfrenta desde el año pasado escasez de combustible y de dólares. Ante la caída de la ventas de gas al exterior, asociada al declive de la producción por falta de inversión en la industria, el país redujo las importaciones del combustible que distribuye a precio subsidiado.
Arce ha echado mano de las reservas internacionales para mantener los subsidios, lo que a su vez ha desencadenado en una falta de dólares y la devaluación del peso boliviano. Pero el trasfondo de la crisis es la pelea por el poder entre Morales y Arce.
El influyente líder indígena ha acusado a su ex ministro de aliarse con los jueces para impedirle competir de nuevo por la presidencia en 2025.
El ala gobiernista del Movimiento Al Socialismo apoya la reelección de Arce, quien de momento no ha dicho si se presentará a los comicios.
“Esta movilización no tiene como fin una reivindicación social, su objetivo primordial es interrumpir el actual mandato constitucional”, afirmó la canciller Celinda Sosa en cartas públicas enviadas a la la comunidad internacional.
Según la jefa de la diplomacia boliviana, Morales pretende que se “viabilice” una nueva candidatura suya a la presidencia, “a pesar de que la Constitución Política del Estado no lo permite”.
A finales del año pasado, un alto tribunal falló en contra de las aspiraciones de Morales, alegando que la Constitución boliviana solo permite la reelección inmediata por una sola vez. Sin embargo, el ex presidente sostiene que está habilitado para postularse de nuevo ya que pasó un período presidencial después de que dejó el poder.