LA HABANA– Un grupo de exprisioneros políticos, exmilitares, activistas e intelectuales del exilio cubano llamaron en una carta colectiva a sus connacionales de la Isla, en especial a aquellos con algún vínculo con el régimen, a dejar de colaborar con las políticas represivas de La Habana.
En un documento colectivo titulado «Aprendamos de Venezuela», exiliados como los exprisioneros políticos Ángel de Fana, Pedro Corzo y Rolando Cartaya; el exgeneral de brigada Rafael del Pino, y los académicos y activistas Anamely Ramos, Marlene Azor y Juan Antonio Blanco, llamaron a atender el fenómeno político que ha hecho que el chavismo esté en una encrucijada, después que fuera posible «la concertación de acciones en favor de la libertad de quienes fueron, por varias décadas, irreconciliables enemigos ideológicos».
«El pasado 28 de julio, una abrumadora mayoría de aquellos electores que se encontraban dentro del país votaron, antiguos chavistas y antichavistas, todos juntos, contra ese régimen. La colaboración ciudadana con los militares en custodia de los centros electorales hizo posible obtener el 75% de las actas electorales, que hoy prueban el fraude del dictador. Estamos ante un fenómeno político nuevo», señala el documento.
Los firmantes de la declaración recordaron que, por ahora, «los cubanos solo pueden votar con los pies, pero al éxodo se están sumando, cada vez más, personas que hasta ayer fueron simpatizantes del régimen cubano o incluso colaboradores de la represión.
Ese fenómeno ha sido ya detectado por las autoridades migratorias extranjeras. También han expresado su inquietud numerosos miembros de las comunidades cubanas de esos países. Es comprensible. A ellas pertenecen no pocas personas que fueron víctimas de atroces crímenes, bien fuese cuando estaban en Cuba o cuando intentaron escapar de la Isla. La buena noticia es que, como ocurre en Venezuela, la mayoría de los cubanos que antes apoyaron aquel sistema, hoy lo rechaza».
«No más represión»
El documento hace un llamado: «Los cubanos que hoy se sienten desencantados debieran expresarlo —antes de pararse ante un funcionario de migración extranjero— cesando de inmediato su colaboración en la Isla con las orientaciones represivas de las instituciones estatales o paraestatales a las que todavía puedan estar asociados. No es mucho pedir».
«No denuncien al vecino, no participen en la represión de otros ciudadanos, no golpeen, ni disparen contra otros cubanos. La rectificación puede también comenzar por impedir nuevos crímenes, informando a las organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos de todo lo que sepan se ha hecho o están tramando hacer para reprimir la voluntad popular», solicitan en la misiva.
También afirman que la reconciliación no es asunto de pedir perdón mañana a las víctimas, sino de construirla desde ahora con acciones concretas, «todos tenemos opciones cuando se trata de escoger entre hacer el bien o el mal, aunque se necesite valor para elegir las acciones correctas», enfatizan.
«Cruzar la línea que separa al pueblo de sus opresores nunca será una traición, sino una importante rectificación. Ese es un valioso ejemplo, entre otros, que hoy nos llega de Venezuela, donde millones ya lo hicieron. El futuro se está acelerando. Los desafíos relativos a la justicia transicional que pensábamos podríamos abordar mañana se comienzan a presentar hoy y debemos asumirlos», finaliza el texto.
FUENTE: Con información de Diario de Cuba