Protagonista. Se llama Brenda Stearns y es de Ohio. Foto: captura/@she_plusfive. Imagen: 1/6
Gracias a un error, ellos se conectaron a la distancia. A partir de ese momento, surgió una relación que perdura hasta la actualidad. Una ciudadana de Estados Unidos cambió su vida y la de otra persona tras haber mandado un mensaje al número de teléfono equivocado.
Por Clarín
Brenda Stearns tiene 36 años y reside en Ohio. Un día, en 2009, la mujer agarró su celular para escribir un sms. En aquel instante, ella -religiosa- redactó un pasaje de la Biblia e intentó enviárselo por sms a la amiga de su hermana, según información de la agencia de noticias South West News Service (SWNS).
Sin embargo, Brenda cometió un error: se confundió de teléfono y puso una secuencia de números equivocada. Enseguida, el mensaje llegó a otra persona, se trataba de un completo desconocido. Este hombre, llamado Isaiah -también religioso- se sorprendió al haber recibido el sms inesperado. “Amén. ¿Quién sos?”, contestó él, quien ahora tiene 40 años.
La decisión de Brenda
A continuación, la mujer se percató de la equivocación aunque optó por seguir hablando con Isaiah. Con el correr de las horas, ambos fueron intercambiando una serie de mensajes.
Al día siguiente, el hombre la llamó pero ella decidió no atender. “No me sentía muy cómoda porque no lo conocía, por eso no contesté. Aunque en el fondo de mi mente deseaba que él me dejara un correo de voz para poder oírlo”, recordó Brenda.
Afortunadamente, para ella, su deseo se cumplió: Isaiah le grabó un mensaje de voz. “Él sonaba genuino y auténtico, así que tomé la determinación de devolverle la llamada”, afirmó al respecto.
En ese entonces, los separaban casi 1000 kilómetros de distancia: la mujer vivía sola en Georgia y el hombre, en Ohio. “Yo buscaba tener una relación, aunque no hallaba a la persona indicada. Después de recibir el mensaje de Brenda, leí ese versículo de la Biblia e inicié una conversación con ella”, manifestó Isaiah, citado por SWNS.
A medida que charlaban de forma virtual, se daban cuenta de que había algo, una conexión. “Al cabo de dos o tres semanas, descubrí que ella me atraía y quería conocerla mejor. Es imposible que esto haya sucedido por casualidad”, aseveró él.
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