Los soldados de la Guardia Nacional de Texas pueden arrestar y detener a personas por ingresar irregularmente a Estados Unidos a través de su frontera sur bajo un acuerdo con el gobierno federal que amplía el papel militar en la aplicación de la ley de inmigración.
La nueva autoridad representa un cambio para la Guardia Nacional y para el ejército en general, que se había limitado a un papel de apoyo para la Patrulla Fronteriza.
El gobernador republicano, Greg Abbott, otorgó a los miembros de la Guardia Nacional de Texas el poder de arrestar a migrantes por cargos de invasión de propiedad privada en 2021, pero esa orden se limitaba a encuentros en propiedades privadas cerca de la frontera.
El pacto de Texas con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés), firmado el viernes, otorga a la Guardia Nacional plena autoridad para investigar, arrestar y detener a migrantes con el propósito de deportarlos.
Los miembros de la Guardia Nacional deben trabajar “sólo bajo la supervisión de un oficial de la CBP” y deben poder hablar con un agente de la CBP “por teléfono celular, radio u otra tecnología similar”, dice el acuerdo.
“Esto aumenta la capacidad en personal para la seguridad fronteriza”, dijo Abbott el domingo por la noche en la red social X.
El ejército ha estado limitado a tareas como la vigilancia y la construcción de barreras, adhiriéndose a la Ley Posse Comitatus de 1878 para mantener a las fuerzas armadas alejadas de la aplicación de la ley civil. Pero los asesores del presidente Donald Trump argumentan que hay fundamentos legales para convocar al ejército para combatir el narcotráfico y la inmigración.
Trump ya se ha distanciado de sus predecesores con vuelos militares de deportación. También ha dicho que usará un centro de detención en la Bahía de Guantánamo, Cuba, para albergar a decenas de miles de los “peores delincuentes extranjeros”.
El Departamento de Defensa desplegó 1.600 soldados en activo en la frontera entre Estados Unidos y México durante la primera semana de Trump en el cargo y tenía planes de enviar más. El lunes dijo que cientos de militares más habían llegado a la Bahía de Guantánamo.
El representante estatal demócrata Gene Wu dijo que el acuerdo de Texas hace que el trabajo de la policía sea más difícil y peligroso, y que Abbott “continúa generando más odio contra una población ya aterrorizada y vulnerable”.
Matthew Hudak, quien recientemente se retiró como subdirector de la Patrulla Fronteriza, señaló que las autoridades estatales y federales ya colaboran estrechamente.
“No está dando (a la Guardia Nacional) autoridad total para detener a las personas”, indicó Hudak. “Esto más que nada envía el mensaje de que las agencias federales y estatales están trabajando juntas para resolver este problema”.
Desde 2021, la Guardia Nacional de Texas ha tenido un papel prominente en la Operación Lone Star de Abbott, que ha incluido el envío de decenas de miles de migrantes a ciudades con gobiernos demócratas y la instalación de una barrera de boyas en el río Bravo (o Grande).
Abbott discrepó frecuentemente con el gobierno de Joe Biden sobre inmigración, que históricamente ha sido responsabilidad del gobierno federal.
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