Hamás dijo este martes que entregó a los mediadores de Qatar y Egipto su respuesta a la propuesta respaldada por Estados Unidos de un cese del fuego en Gaza, con algunas “observaciones” sobre el acuerdo.
Al parecer, la respuesta no fue la aceptación total que Estados Unidos ha impulsado, pero el grupo dijo que estaba listo para seguir trabajando para llegar a un acuerdo.
Por su parte, en su octava visita a la región desde el inicio de la guerra, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo el martes que la votación en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a favor de una propuesta respaldada por Washington para un cese el fuego y liberación de rehenes en Gaza deja “tan claro como es posible” que el mundo apoya el plan, y volvió a pedir a Hamás que lo acepte.
“Ha llegado el voto de todo el mundo, salvo por un voto, el de Hamás”, dijo Blinken a los periodistas en Tel Aviv tras reunirse con autoridades israelíes. Blinken dijo que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, había “reafirmado su compromiso con la propuesta” durante su reunión del lunes por la noche.
Hamás celebró el anuncio inicial de Biden sobre el plan y la resolución de la ONU que lo respaldaba. Blinken dijo que la respuesta de Hamás a la votación en Naciones Unidas era “un indicio esperanzador”.
Los ministros de exteriores de Qatar y Egipto, que han sido mediadores clave con Hamás en los meses de conversaciones, confirmaron que habían recibido la respuesta del grupo armado y dijeron que los mediadores ya la estudiaban.
En una declaración conjunta, Hamás y la Yihad Islámica, un grupo armado más pequeño, dijeron que estaban dispuestos a “tratar positivamente de llegar a un acuerdo” y que su prioridad es lograr un “cese total” de la guerra. Un alto funcionario de Hamás, Osama Hamdan, dijo a la televisión libanesa Al-Mayadeen que el grupo “presentó algunos comentarios sobre la propuesta a los mediadores”. No dio detalles.
Por otro lado, la oficina de derechos humanos de Naciones Unidas dijo que las fuerzas israelíes y grupos armados palestinos podrían haber cometido crímenes de guerra durante la letal incursión israelí que liberó a cuatro rehenes el fin de semana. Al menos 274 palestinos murieron en la operación, según el Ministerio de Salud de Gaza.
La propuesta, anunciada el mes pasado por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pide un plan de tres fases en el que Hamás liberaría al resto de los rehenes a cambio de un cese del fuego duradero y la retirada de fuerzas israelíes de Gaza. El grupo aún retiene a unos 120 rehenes, un tercio de los cuales se cree que han muerto.
Aunque Biden lo presentó como una iniciativa israelí, Netanyahu ha cuestionado en público algunos aspectos del plan y dijo que Israel no pondrá fin a la guerra sin destruir a Hamás y recuperar a todos los rehenes.
Hamás apoya el acuerdo en términos generales, pero ha exigido garantías de que será puesto en práctica. El grupo armado adoptó una propuesta similar el mes pasado, la cual fue rechazada por Israel.
“Continúan los esfuerzos por estudiar y aclarar algunos asuntos para garantizar la aplicación por parte del lado israelí”, dijo el martes el vocero de Hamás, Jihad Taha. Israel “no ha ofrecido compromisos o una autorización clara a la implementación que llevaría a poner fin a la agresión”, señaló.
El Consejo de Seguridad Naciones Unidas votó el lunes por abrumadora mayoría a favor de la propuesta: 14 de 15 miembros votaron a favor y Rusia se abstuvo. La resolución hace un llamado a Israel y a Hamás “a implementar en su totalidad sus términos, sin demora y sin condiciones”.
La propuesta ha aumentado las esperanzas de poner fin a una guerra de ocho meses que ha matado a más de 37.000 palestinos, según funcionarios de salud de Gaza, y expulsado de sus hogares al 80 % de sus 2,3 millones de habitantes. Las restricciones israelíes y los combates continuados han complicado los esfuerzos de llevar ayuda humanitaria al aislado enclave costero, lo que ha impulsado el hambre generalizada.
La guerra comenzó cuando Hamás y otros milicianos asaltaron Israel el 7 de octubre y mataron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y tomaron unos 250 rehenes. Más de 100 rehenes fueron liberados el año pasado durante un cese el fuego de una semana a cambio de palestinos encarcelados por Israel.
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