Cortesía
La nueva medida que aplican algunos migrantes en su paso hacia Estados Unidos para evitar la selva del Darién implica riesgos al utilizar el archipiélago de San Andrés como una ruta alterna, de acuerdo con reportes de las autoridades colombianas. La Procuraduría General de la Nación tiene identificado que redes ilegales de tráfico de personas aprovechan el archipiélago como punto de partida para migrantes hacia Estados Unidos.
Por El Tiempo
En medio de la creciente crisis migratoria en San Andrés y otras fronteras del país, las redes ilegales están ofreciendo el archipiélago como una ruta exclusiva para migrantes de 12 países, incluyendo Bangladesh, Uzbequistán, Vietnam, Nepal, Perú, y China, entre otros, con destino a Centroamérica y, finalmente, a los Estados Unidos.
Esta nueva ruta implica el uso de San Andrés como un punto estratégico para evitar la selva del Darién, una región inhóspita y peligrosa que tradicionalmente ha sido una de las rutas utilizadas por los migrantes para llegar a Centroamérica desde Sudamérica. La elección de la ruta a través de la isla de San Andrés para evitar la selva del Darién no está exenta de riesgos significativos.
El trayecto de migrantes que pasa por la isla de San Andrés, con el objetivo de evitar la peligrosa travesía por la selva del Darién, presenta diversos riesgos y desafíos para quienes emprenden este camino. Algunos de los principales riesgos asociados con esta ruta incluyen:
Condiciones marítimas peligrosas: la travesía por el océano conlleva riesgos inherentes, como tormentas, fuertes corrientes y condiciones climáticas adversas. Las embarcaciones utilizadas para el cruce pueden no estar adecuadamente equipadas para hacer frente a estas condiciones, aumentando el peligro para los migrantes.
Exposición a delitos transnacionales: al optar por esta ruta, los migrantes pueden quedar expuestos a actividades ilegales y redes de tráfico de personas. La isla de San Andrés, al igual que otras zonas de tránsito, podría ser utilizada por grupos criminales para actividades ilícitas como contrabando y tráfico de drogas.
Escasez de recursos: la isla de San Andrés puede no contar con los recursos suficientes para atender adecuadamente a un gran número de migrantes. La limitada capacidad de las autoridades locales y las organizaciones humanitarias para proporcionar servicios básicos, como alojamiento, alimentos y atención médica, podría generar condiciones precarias para los migrantes.
Riesgos para la seguridad personal: la presencia de grupos armados ilegales en la región, como se mencionó en informes previos, podría representar una amenaza directa para la seguridad de los migrantes. La competencia por recursos escasos y la influencia de organizaciones criminales pueden exponer a los migrantes a situaciones peligrosas.
Impacto ambiental: el aumento del flujo de migrantes puede tener un impacto negativo en el entorno natural de la isla de San Andrés. La concentración de personas, la generación de desechos y otras actividades asociadas a la migración pueden contribuir a la degradación ambiental y afectar los ecosistemas locales.
Lea más en El Tiempo