La elegancia no solo tiene que ver con la manera de vestir, también con tu personalidad y tu
comportamiento.
Para ser una persona elegante y con clase no es necesario tener el puesto más alto en el trabajo o tener una gran fortuna en el banco, no necesitas tener el clóset lleno de ropa o una gran colección de relojes de lujo, pero sí necesitas cuidar la manera en la que te expresas, te comportas y te relacionas con los demás.
Por GQ
Una persona que es realmente elegante y que tiene clase va más allá de lo superficial y de las apariencias, es alguien que entiende el poder de tener una buena imagen y de causar una buena impresión, sin perder de vista que eso es solo el principio y que lo que viene después puede ser igual de importante.
Incluso podemos pensar en la elegancia como un estilo de vida, una forma de ser, de pensar y de moverse en el mundo, que consiste de algunos puntos principales que hacen una gran diferencia, pero que son fáciles de empezar a aplicar y de convertir en hábitos.
¿Qué cualidades te ayudan a ser una persona elegante y con clase?
Gratitud y una actitud positiva
Ser positivo y practicar la gratitud no solo te ayuda a disfrutar más de la vida, a mantenerte motivado y a ser más agradable como persona, también demuestra que eres una persona que no deja que los pensamientos negativos la controlen y la lleven a afectar a los demás también.
Las prácticas de gratitud también son buenas para tu cerebro y te ayudan a causar un impacto más positivo en los demás.
Seguridad y confianza
Una persona elegante no es arrogante ni pretenciosa, pero es una persona que se mueve y se expresa con seguridad, que confía en sí misma y que demuestra una actitud que genera también confianza en los demás.