Logo de Telegram. Foto: AFP/ Kirill KUDRYAVTSEV
El comunicador y publicista Yimmi Castillo relató este viernes en sus redes sociales la estresante experiencia que vivió cuando fue captado por estafadores digitales que usan el mismo “modus operandi” que se popularizó entre bandidos en China y sus alrededores.
lapatilla.com
Según el testimonio y las pruebas presentadas por Castillo en su cuenta de X, estos criminales “usan chats de IA y mantienen una cadena de roles” en Telegram con el objetivo de ofrecer inversiones que luego no reintegran lo prometido. Además, utilizan cuentas bancarias en Venezuela y operadores Binance que les permiten cambiar los bolívares recibidos a criptos y, posteriormente, esos mismos criptoactivos a yuanes.
A continuación, el relato integro de la víctima:
¡Me estafaron! Ya había publicado esto en Instagram y ahora acá te lo cuento también para que no caigas tú.
Desde diciembre estoy en este camino tortuoso que nunca pensé transitar. Vi un banner de los que muestro en las imágenes y escribí para saber sobre la “oferta laboral”. Me pidieron que depositara dinero para retirar lo que había “ganado”, me pareció raro y los dejé en visto.
Pero luego me contactaron ellos a mí, vía WhatsApp y después me redirigieron a Telegram. Usan Telegram porque es difícil de rastrear, casi imposible. Allí me pidieron que hiciera una serie de tareas que consistía en calificar negocios en Google Maps.
Pero luego empezaron a “sugerir” otras tareas que eran de trading, donde mágicamente el dinero se multiplicaba bajo el mismo esquema: tienes que depositar para poder retirar lo que ganas.
Al principio lo hicieron, cuando los montos eran bajos, pero luego comenzaron las excusas: “tienes que aumentar la calificación de tu cuenta para retirar, tienes que tener cuenta VIP para retirar esa cantidad”.
Hubo un momento en el que paré, pero ya había metido casi dos mil dólares en la aplicación falsa. Gran parte de ese dinero fue prestado. Yo confiaba porque me endulzaron con los primeros retornos de inversión y pensaba que iban a devolver rápido el dinero.
Me envolvieron hasta que paré y empecé a averiguar. Terminé en el CICPC dónde me mostraron una torre de carpetas con varios casos similares al mío, con montos incluso mucho más altos. En mis averiguaciones supe de un amigo en el exterior que también cayó. También supe de alguien en Chile que terminó suicidándose. Yo mismo tuve una fuerte crisis de pánico, ansiedad y depresión de la que aún no me recupero por completo.
El asunto es una estafa que viene de China, que hizo estragos en Asia y cómo ya nadie cae, se trasladaron a Latinoamérica.
El banco no validó mis reclamos. El “defensor del cliente”, tampoco. Solo me queda comunicarme con las personas que recibieron mis transferencias y ver cómo fluye eso.
Hoy estoy más tranquilo, pensando estrategias para generar ingresos y poder saldar mis deudas. Me comuniqué con todas las personas que me prestaron, quienes en su mayoría entendieron y han sido empáticas, salvo una que, irónicamente, es más “cercana”. Pero nada que sea sorpresa.
Publico esto para que más nadie caiga. Si ven estos anuncios, no hagan clic y si alguien les escribe por WhatsApp o Telegram con una oferta laboral de Shein, Mercado Libre, Amazon o una propuesta de inversión, bloqueen y denuncien como spam.
No estoy pidiendo ayuda monetaria, pero si en tus manos está involucrarme en algún proyecto, hacerte algún trabajo freelance, empleo o contrato con mi agencia Flow Creativo, escríbeme.
Gracias a todos los amigos que me han brindado ayuda y palabras de aliento. No me había dado cuenta de que tengo una red maravillosa de panas. Gracias a mi familia por su apoyo incondicional. A los amigos que les debo, tengan por seguro que estoy trabajando en honrar mi compromiso.