CULIACÁN — El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, responsabilizó el jueves a Estados Unidos de la ola de violencia desatada desde la semana pasada en el estado de Sinaloa y afirmó que los choques armados registrados allí son una secuela de los acuerdos, aún desconocidos, para detener en Texas a uno de los capos del poderoso Cártel de Sinaloa.
López Obrador atribuyó en su conferencia matutina desde el palacio de gobierno la “inestabilidad” en Sinaloa a la detención en julio del histórico líder del cartel, Ismael “El Mayo” Zambada, sin dar más detalles sobre los presuntos acuerdos y cómo influyeron en el repunte de la violencia.
Desde la semana pasada, el bando liderado por “Los Chapitos”, que integran los hijos del exlíder de la organización Joaquín “El Chapo” Guzmán, se ha enfrentado a los seguidores de Zambada, desatando una ola de violencia y muerte en Culiacán que mantiene aterrorizada a la población y parcialmente paralizadas las actividades económicas.
López Obrador informó el miércoles que entre el 9 y 17 de septiembre han fallecido en Sinaloa 40 personas, entre ellas, un oficial y un soldado, según reconocieron autoridades militares esta semana.
“El Mayo” Zambada fue apresado junto a Joaquín Guzmán López, uno de los hijos del narcotraficante “El Chapo”, quien presuntamente le tendió una trampa y lo secuestró para llevarlo a Texas en una operación que aún tiene muchos interrogantes y que apuntó a algunos vínculos de políticos de Sinaloa con el cártel.
Operativo de captura
Al ser preguntado sobre si Estados Unidos tendría “corresponsabilidad” en la escalada de la violencia en Sinaloa, López Obrador respondió que “claro que sí, por haber llevado a cabo ese operativo”.
El gobierno de Sinaloa activó desde el miércoles un operativo de seguridad en las escuelas para tranquilizar a la población y lograr que se reactiven las actividades educativas, pero no ha tenido éxito.
A pesar del miedo, el tráfico era intenso el jueves en la ciudad de más de un millón de habitantes. Las escuelas permanecían desoladas luego de que se reabrieran el martes tras una semana de cierre. Muchas familias siguen escondidas y los padres y profesores temen quedar atrapados en el fuego cruzado.
“¿Dónde está la seguridad para nuestros hijos y para uno también?», dijo una habitante de Culiacán que se abstuvo de dar su nombre por seguridad. «Es tan peligroso aquí que uno no quiere salir”.
La mujer señaló que, aunque algunas escuelas han reabierto recientemente, ella no ha permitido que su hija vaya durante dos semanas y admitió que tenía miedo de hacerlo después de que unos hombres armados detuvieran un taxi de camino a su casa, lo que aterrorizó a su hija.
Tensas relaciones
El arresto de Zambada generó fricciones en las relaciones entre Estados Unidos y México que se han tensado en las últimas semanas luego de los cuestionamientos que hizo el embajador estadounidense Ken Salazar contra la reforma del poder judicial que promovió López Obrador y que aprobó la semana pasada el Congreso.
Sobre la operación de detención de los dos capos, Salazar informó que Guzmán López se entregó voluntariamente a las autoridades y que “El Mayo” fue llevado contra su voluntad. Descartó que se hayan utilizado recursos estadounidenses en esa operación.
“La inestabilidad se debe a que tomaron esa decisión”, insistió López Obrador, tras quejarse de la escasa información que han aportado las autoridades estadounidenses sobre la detención. Indicó que Washington debe ir “internalizando que no se puede actuar así sin tomar en cuenta al gobierno de México”.
El presidente mexicano dijo además que “ya no puede haber una relación de cooperación cuando se toman medidas unilaterales, no puede aceptarse eso”.
La futura presidenta de México Claudia Sheinbaum también cuestionó la actuación de Estados Unidos en el caso y dijo el jueves a la prensa que “no se puede aceptar nunca pues es que no haya comunicación ni colaboración”.
Pese a las acciones de las autoridades el temor entre los habitantes de Culiacán sigue latente, especialmente luego de que el comandante de la tercera región militar de Sinaloa, el general Jesús Leana Ojeda, admitiera el lunes que la posibilidad de que la situación se calme en Sinaloa “no depende de nosotros, depende de los grupos antagónicos que dejen de hacer su confrontación entre ellos”.