El que se cansa, debe descansar para continuar después. No es posible realizar ninguna tarea sin detenerse tan siquiera a descansar y mejorar en ese espacio libre lo que se está haciendo. Y aquellos que no lo hacen, creyendo que se la están comiendo, terminan no llegando a ninguna parte. La siguiente historia que encontré hace poco, cuyo nombre tomo prestado para esta nota, ilustra en buena medida esta afirmación. Se las recomiendo leer completa para reflexionar en profundidad:
“En Canadá todos los años se celebra un campeonato mundial de leñadores. Se realizan un sinnúmero de pruebas hasta que al final de todas estas quedan solo 2 para disputar el primer lugar en cierta ocasión. Terminadas las preliminares quedaron el representante de Canadá y el de Noruega. La prueba final consistía en talar la mayor parte de árboles de un bosque especialmente destinado y aprobado para ello. Empezaría a las 10:00 de la mañana. Terminaría a las 2:00 de la tarde. Entonces a las 10:00 empezóla gran final, iban talando cada uno a su sector. Al cabo de 1 hora, el representante de Noruega se detuvo. El canadiense aprovechó esa pausa para adelantar a su oponente. Después de 10 minutos, el canadiense escuchó que el noruego inició nuevamente su tarea y él continuó. Pasó otra hora y nuevamente el noruego se detuvo. El canadiense aprovechó la pausa de su rival para adelantarlo. Y siguió talando con más fuerza. Después de 10 minutos, el noruego reanudó su trabajo. Así pasaron la tarde. El noruego cada hora se detenía 10 minutos, mientras que el canadiense seguía sin parar. Es más, cuando se detenía el noruego, él aceleraba el paso para sacarle más ventaja al terminar la dura competencia. El canadiense estaba seguro de su victoria, ya que él nunca se había detenido. Pensó que en los momentos que el noruego se detenía, él le había sacado la ventaja que le daría el triunfo. Grande fue su sorpresa cuando anunciaron al ganador, pues el noruego fue proclamado campeón del torneo. El canadiense se acercó al noruego y le preguntó, ¿cómo lo hiciste si yo escuchaba que cada hora te detenías 10 minutos mientras yo seguía con mi trabajo? El noruego le respondió, es muy sencillo en esos 10 minutos. Yo me dedicaba a afilar mi hacha mientras tú seguías sin detenerte. Así pude sacar mejor resultado de cada golpe que daba con ella. ¿Mi pregunta para ti es, hace cuánto tiempo no te detienes a afilar tu hacha?…” (ver la historia completa “La importancia de afilar el hacha”, en https://www.linkedin.com/feed/update/urn:li:activity:7167192006799118336/).
La frase “afilar el hacha” puede significar muchas cosas en contextos y situaciones diferentes, en especial cuando la tarea es muy larga. Pero me gusta el símil porque de alguna manera transmite mantenerse afilado para poder vencer, en especial cuando se enfrenta a un enemigo que no se detiene. Y la pregunta aquí es la misma que la de la historia: ¿desde hace cuanto tiempo no nos hemos detenido a “afilar” nuestra “hacha”, para seguir en la lucha en contra de este régimen? ¿O tal vez nunca nos hemos detenido?
Alguno de ustedes me dirá con estrépito: “¡Es que no nos podemos detener! ¡El régimen profundizará su accionar destructivo si lo hacemos!”. Y eso podría ser cierto, como lo ha hecho en 25 años en el poder. Pero no lo hemos vencido. Va por delante de nosotros porque no nos hemos detenido a “afilar el hacha”… Y la pregunta lógica a continuación debería ser: “¿Y qué sería para ti afilar el hacha?”
Desde que esta tiranía comenzó hace 25 años, siempre ha estado delante de la oposición por múltiples razones, pero la más importante a mi juicio, es que ha contado con el apoyo estratégico y el “know how” de países cuyo principal producto de exportación está en la tecnología blanda necesaria para permanecer en el poder. Esto es, el control de la disidencia, la persecución, la tortura, la infiltración de la oposición, el uso del dinero del Estado para comprar conciencias, el uso de las mejores tecnologías disponibles para seguir y conocer las debilidades de la dirigencia opositora. Y aquellos que no sean susceptibles a esas técnicas, simplemente se les quiebra a través de su propia familia o asesina, al mejor estilo de la mafia.
En plena lucha de 2014 me hice exactamente la misma pregunta, porque lo que tenemos al frente ES UNA LUCHA MORAL Se agotó el modelo opositor y hay que encontrar uno nuevo. ¿De dónde? Pues de la gente…
Siempre recuerdo la frase del ya desaparecido actor, Sir Sean Connery en el papel de policía viejo con experiencia, en la extraordinaria película “Los Intocables”, cuando Kevin Costner en el papel de Elliot Ness, habiendo tirado la toalla con la policía corrupta le preguntaba “¿y de dónde sacamos a los policías si todos son corruptos…?” Y Sir Connery le respondió la pregunta con otra: “¿y dónde busca usted las manzanas antes que se pudran? Arránquelas del mismo árbol, de la Academia de Policía”. En otras palabras, búsquelas de donde nacen. Lo mismo debemos aplicar aquí. ¿De dónde sacamos a los políticos si todos se han corrompido? Del árbol de donde nacen, de los lugares de participación genuina de la gente: de las Asambleas de Ciudadanos, de las Asociaciones de Vecinos preocupados, de las organizaciones de la sociedad civil que se acercan con vocación genuina de ayudar.
Si ya se cuenta con una candidata que ha demostrado su determinación de luchar hasta el final, ¿debería esta escuchar a quienes fueron los responsables de seguir cortando árboles con un hacha mellada y sin amolar, porque de una u otra forma estaban comprometidos con el régimen para que las cosas siguieran cómo están? ¿O bien debería detenerse y amolar a quienes sin tener ningún “rabo de paja” estarían dispuestos a afilar la suya para seguir en la siguiente fase? Pueden apostar que muchos de esos partidos que dicen “apoyar” el triunfo de la candidata, si no la mayoría, están trabajando activa y calladamente para el fracaso de quien no se quiere doblar. Hay que pensar en eso porque este juego todavía no se ha acabado.
Aquellos que hemos propuesto alternativas al posible cierre de caminos de una tiranía que confiada en su tecnología blanda pretende seguir en el poder, lo hacemos en la seguridad de que tarde o temprano el país necesitará la convocatoria del Poder Originario, no solo para la Refundación institucional de la Nación, sino también para darle al país la oportunidad de regresar a los valores que nos hicieron una República independiente, y al que es imposible regresar con un cuerpo social cuya dirigencia se encuentra corrupta en su gran mayoría. Esa lucha moral continuará allí a pesar de que se quiera ignorar que también existe -y no se quiera usar- un hacha constituyente muy bien afilada…
Caracas, 3 de Marzo de 2024
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