CARACAS.- En una jornada electoral crucial para el futuro de Venezuela, el dictador Nicolás Maduro prometió reconocer los resultados emitidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE). Sin embargo, su visible molestia ante la posibilidad de una victoria de la oposición resaltó la incertidumbre y desconfianza en torno a su verdadero compromiso con la democracia.
Maduro, de 61 años, conocido por su control autoritario, hizo un llamado a los ciudadanos para participar en las elecciones y esperar con calma los resultados oficiales: «Yo le hago un llamado a todos los venezolanos y venezolanas, ya es buena hora salir a votar y esperar en paz y con tranquilidad los resultados oficiales que emanarán del único que puede dar resultados oficiales. En ningún país los resultados oficiales los dan supuestos ni encuestas, los dan sencillamente los encargados de organizar el proceso electoral», declaró tras emitir su voto.
La tensión aumentó cuando un periodista cuestionó si Maduro aceptaría una posible derrota frente a la oposición. Visiblemente molesto, Maduro respondió: «Yo creo que no me escuchaste. Yo soy Nicolás Maduro Moros, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, y reconozco al árbitro electoral. Fui corredactor de esta constitución y la voy a defender como siempre, con mi vida. Y lo que diga el árbitro electoral será reconocido y no solo reconocido, defendido por la Unión Cívico-Militar-Policial perfecta y por nuestro pueblo».
Maduro también aprovechó para presentarse como una víctima de la comunidad internacional, comparándose con el personaje bíblico David enfrentando a Goliat: «Soy el único candidato perseguido internacionalmente por los poderes del mundo, por Goliat. Pero nosotros no estamos acostumbrados al lloriqueo, nosotros estamos acostumbrados a la acción creativa».
El dictador busca un tercer mandato de seis años cuando el país apenas se asoma de una aguda crisis económica y humanitaria que contrajo el Producto Interno Bruto en 80% en 10 años y empujó al éxodo a más de siete millones de personas.
En un intento de justificar su régimen, Maduro mencionó supuestos logros económicos y sociales, aunque estos contrastan con la realidad de un país sumido en una profunda crisis humanitaria: «Hemos logrado salir de la tempestad y tener hoy por hoy los mejores índices económicos de muchas décadas en Venezuela y los mejores índices económicos de crecimiento en el continente. El diálogo económico es prioridad, así como el diálogo social para la recuperación del estado de bienestar social y superación de las heridas, producto de las 930 sanciones criminales contra la economía y el país».
Finalmente, el dictador hizo un llamado a la comunidad internacional para que respete la decisión soberana de los venezolanos, mientras continúa ignorando las denuncias de fraude y represión: «Que Venezuela decida sin que nadie se meta en nuestra decisión, que decidamos en paz de manera autónoma y mañana será bonito».
Están autorizados para votar unos 21 millones de personas, sobre una población de 30 millones, pero los expertos estiman que solamente podrán votar unos 17 millones que están en Venezuela y no migraron. El voto no es obligatorio.
FUENTE: REDACCIÓN / AGENCIAS