CARACAS.- En la estrategia de ‘normalización’ de Nicolás Maduro las elecciones locales, regionales y parlamentarias previstas para el año 2025 juegan un rol indispensable.
Aunque la “amenaza” electoral del chavismo de realizar elecciones en diciembre de 2024 ha sido entendida por algunos dirigentes de la oposición venezolana en el exilio como un reconocimiento al intento por repetir la elección presidencial del 28 de julio, siguiendo la recomendación que en su momento realizará Brasil, en realidad el objetivo básico de la coalición gobernante encabezada por Nicolás Maduro es lograr fragmentar una vez a la oposición en torno a su participación en las elecciones para renovar a los cargos locales, regionales y municipales.
En 2025 deben elegirse 3025 cargos regionales y locales, entre los que destacan 23 gobernadores y 335 alcaldes. Además, debe elegirse la nueva Asamblea Nacional. En relación con la elección parlamentaria debe recordarse que en 2020 el Tribunal Supremo de Justicia y el Consejo Nacional Electoral modificaron inconstitucionalmente la composición del Parlamento venezolano aumentando discrecionalmente la cantidad de integrantes y cambiando el sistema de adjudicación de cargos. En concreto esta decisión aumentó de 165 a 277 los diputados que integran el Parlamento, además de crear nuevos mecanismos de adjudicación de cargos.
Sin embargo, a pesar del amplio control institucional del Partido Socialista Unido de Venezuela sobre el CNE, el madurismo se prepara para evitar que la oposición -en caso que decida participar en los comicios de 2025- pueda poner en evidencia cualquier tipo de manipulación de los resultados.
Como paso previo al calendario electoral de 2025 la Asamblea Nacional prepara la modificación de la Ley Orgánica de Procesos Electorales, la Ley Orgánica del Poder Electoral y la Ley de Partidos Políticos.
En los días previos Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional, exigió que sean revisadas “todas las leyes electorales (…) No podemos seguir con una ley de partidos políticos que ha quedado obsoleta a la luz de estos tiempos, no podemos seguir con una ley de partidos políticos que es pre-constitucional y que solamente ha recibido reformas, una ley de partidos políticos que sea suficientemente clara para que no se cuele los fraudes a la ley, para que no se cuele los saltos. ¿Cuántos partidos existen debidamente inscritos ante el CNE? ¿Cuántos cumplen los requisitos de ley establecidos y cuántos no? Muy pocos lo cumplen, porque las penas son irrisorias y además terminan esos partidos políticos haciendo lo que les da la gana, no rinden cuentas y hasta hay un mercado persa de partidos políticos”
Aunque la hoja de ruta del madurismo para pasar la página sobre los resultados del 28 de julio es muy clara, la oposición venezolana aún no tiene una estrategia específica para estos procesos.
El diputado (2015) Angel Medina reconoce que “lamentablemente” no tiene conocimiento de que exista “algún mecanismo o espacio de negociación y no creo que exista un espacio donde puedan abrirse canales de negociación (…) Donde creo que hay muchas nubes, es qué hacer en los próximos tiempos, cuál es la estrategia. No hay claridad completa o total sobre qué hacer en los próximos meses, hay poca discusión. Yo sugeriría empezar a avanzar en temas que afectan directamente a la gente. No es pasar la página del 28, es ver cómo el 28 está afectando la vida cotidiana de la gente y ha profundizado la crisis, que se manifiesta por ejemplo en el pasaporte, la ruptura de relaciones diplomáticas con Panamá”.
Mucho más concreto es el politólogo Rafael Uzcátegui, quien sostiene que “no reconocer que el «madurazo» ha vaciado de contenido las elecciones como expresión de la soberanía popular es tener una visión táctica muy chiquitica”.
Por otra parte, el también politólogo Damián Alifa alerta que “llamarán a pasar la página a que la gente vaya a la playa, camine en un centro comercial, ría, se divierta, vaya a un parque, se coma un helado, se tome una cerveza, prepare hallacas y celebre navidad, pero esta página colectiva de irrespeto a la Constitución y a la soberanía popular no se va a pasar así”.
Sin embargo, el politólogo y consultor electoral Ricardo Sucre, aunque admite que ”no se puede pasar la página del 28 de julio”, también se cuestiona si toda la estrategia “¿se quedará en eso?”. Desde su perspectiva “no hay una estrategia clara para que se concrete la publicación de los resultados del CNE que no sea la misma de aumentar la presión sobre Maduro”.