LA HABANA.- Masones cubanos desconocen al Gran Maestro impuesto por el régimen, Marío Urquía Carreño, y exigieron su salida, al tiempo que denunciaron la intromisión de la Seguridad del Estado en su organización.
“Necesitamos restaurar la moral y el orden de la Gran Logia de Cuba”, declaró desde el lugar Iriel Hernández Cobreiro.
La situación en la sede de los masones es tensa, debido a que Urquía Carreño se niega a salir a dialogar con ellos. Los masones reunidos en la Gran Logia denuncian que la institución está ilegítima y manifestaron su rechazo a reconocer a Mario Urquía como Gran Maestro.
Hernández Cobreiro rechazó que Urquía Carreño sea el portavoz de la Gran Logia en el diálogo con el régimen.
«La masonería cubana está haciendo un muy justo reclamo a todo lo que está pasando y consideramos que el señor Urquía Carreño es una persona con muy baja catadura moral como para ocupar el puesto de Gran Maestro y representarnos y ser nuestra voz ni aquí ni en ninguna parte del mundo”, dijo Evelio Núñez, de la logia Eureka.
Asimismo, recordó que fue impuesto por una entidad estatal, por lo que es una «injerencia a la institución».
«El único objetivo es la división y destrucción de la masonería en Cuba… Nuestra responsabilidad es mantener la masonería y pasársela a nuestros relevos… es una responsabilidad sobre todo moral, no nos anima un sentimiento de revancha», dijo unos participante en la reunión.
En marzo pasado, Urquía fue expulsado de las más de 300 logias de Cuba, al considerar que desempeñaba su cargo de manera «ilegal». No se le permitió que presidiera la sesión semestral de la Alta Cámara Masónica.
Previamente, había sido expulsado del Supremo Consejo del Grado 33 para la República de Cuba.
En junio, la Dirección de Asociaciones del Ministerio de Justicia de Cuba (Minjus) invalidó la expulsión de Mario Urquía Carreño tanto del Supremo Consejo como de la Gran Logia de Cuba, y ordenó que fuera restituido en el cargo.
FUENTE: Con información de Cubanet