Ante la posibilidad de elegir entre una convención de extrema derecha para atacar a sus enemigos y una cumbre presidencial para discutir la política comercial regional, el presidente argentino Javier Milei prefirió el estadio lleno de partidarios vitoreando.
El líder libertario estaba en Brasil este domingo, preparándose para encabezar la versión nacional de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC, por sus siglas en inglés), junto con el expresidente brasileño Jair Bolsonaro en la ciudad de Balneario Camboriu, en el sur de Brasil.
Al saltarse la cumbre del bloque comercial Mercosur en Paraguay y acercarse sigilosamente a Bolsonaro pocos días después de que la policía federal acusó al populista de derecha de un plan para malversar diamantes saudíes, Milei arremetió nuevamente contra el presidente izquierdista de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, intensificando una peligrosa disputa con el mayor socio comercial de su país.
Fue el ejemplo más reciente de la provocativa política exterior de Milei, que busca atraer la atención mundial a través de amistades con aliados de extrema derecha en lugar de seguir convenciones diplomáticas.
Bolsonaro inauguró el CPAC brasileño el sábado con un encendido discurso en el que declaró su deseo de que el expresidente estadounidense Donald Trump regrese a la Casa Blanca el próximo año.
Él y Milei fueron vistos juntos más tarde esa noche, viendo a Uruguay eliminar a Brasil de la Copa América en una sala llena de asistentes y copas de vino vacías.
Los expertos dicen que mezclarse al margen de la reunión del bloque comercial sudamericano el lunes habría ofrecido a Milei una oportunidad de bajo riesgo para aliviar las tensiones con Brasil, que compra casi una sexta parte de las exportaciones de Argentina, abastece a la mayor parte de la industria automotriz argentina y respalda las intenciones de su vecino de obtener la ayuda que tanto necesita del Fondo Monetario Internacional.
En cambio, Milei ha redoblado su apuesta en política exterior que los expertos han criticado como equivocada. Bolsonaro en particular, bajo investigación policial por su presunto intento de subvertir el resultado de las elecciones de 2022, es visto como un lastre político.
“Parece que se está pegando un tiro en el pie”, dijo sobre Milei Michael Shifter, académico de América Latina en el Diálogo Interamericano en Washington. “Es impactante y contraproducente para él burlarse de Lula de esta manera porque podría haber un gran costo para Argentina, que podría afectar su capacidad para llevar a cabo sus políticas”.
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