Muy a pesar de los múltiples acontecimientos que copan la atención de la opinión pública internacional, el caso que atañe a la crisis venezolana, sigue dando de qué hablar en todos los escenarios del mundo.
No lo escribo con ánimo de presumir, más bien lo que me anima a trazar estas líneas es salirle al paso a los que de manera despectiva, tratan de colocar el tema de nuestro país, en la letra chiquita y en los trasteros de los medios de comunicación de muchos países, en donde más bien se habla constantemente de lo que está ocurriendo en Venezuela. Basta con citar el debate que se dio desde el lunes de esta semana y que finalizó en el Parlamento Europeo, foro en el que se terminó aprobando una resolución muy categórica sobre la tragedia que padece nuestro país, con el voto favorable de 446 eurodiputados de los 499 que estaban presentes en la sesión del pasado jueves 8 de febrero.
Pero la resonancia de la lucha emprendida por los venezolanos también se ha hecho sentir en otros escenarios, como en el Congreso de Chile, en la Comisión de política Exterior de Italia, ante parlamentarios de tendencias Republicana y Demócrata de EEUU y próximamente, se hará lo mismo en el seno del foro legislativo de Argentina. De igual manera no han guardado silencio, sino más bien se han hecho sentir las voces de presidentes, cancilleres y lideres políticos de gran relevancia de naciones hermanas. O sea, no estamos solos en este combate por rescatar la democracia y la libertad de Venezuela.
De todos esos acontecimientos que tienen su epicentro en suelo venezolano, se pueden sacar algunas conclusiones. La primera, es que los incumplimientos de Nicolás Maduro a los acuerdos suscritos el pasado 17 de octubre en Barbados, lo están aislando en el concierto internacional. Cada día son más crecientes las manifestaciones de repudio a su desaire a tales compromisos, a diferencia de María Corina Machado que ha honrado cada letra de las pautas suscritas por las partes reunidas en ese conclave internacional.
Otro hecho significativo es que, factores en controversia en algunos países de América y Europa, se han reunificado para avalar los esfuerzos emprendidos por los sectores democráticos de Venezuela, para arbitrar una salida pacífica y electoral, que ponga fin a las grandes dificultades que impactan algunas variables económicas, sociales y políticas, como por ejemplo se desprende de la inmensa inmigración que tiene su punto de partida en Venezuela. Así tenemos, que fuerzas políticas en plena disputa interna en España, se declaren en comunión a la hora de darle su apoyo a los precisos puntos hilados en la resolución aprobada en el parlamento Europeo, con los votos del PSOE, del PP de VOX y movimientos liberales.
Lo que deseo colocar en alto relieve, es que todos esos sacrificios que se han venido desplegando dentro del país no son en vano, sino más bien un abono para hacer, cada día más fértil, la cosecha de los buenos resultados de todas esas ofrendas.