Dibujo de la sesión del juicio celebrado este martes.
BENOIT PEYRUCQ | AFP
Este martes por la mañana, ante el tribunal que la juzga, pedía perdón por su complicidad en el secuestro, violación y muerte de tres jóvenes, delante de sus familias. “Lamento todo lo que he hecho”. Ese “todo lo que he hecho” incluye, según considera probado el tribunal, haber ayudado a su marido a capturar a las niñas, raptarlas y dejárselas “a punto” para que él las violara y después las matase. Ella era el cebo perfecto para dar confianza y que se subieran al coche en el que iban ambos.
Por: El Mundo
Monique Olivier, apodada “la diabólica”, es la mujer del mayor asesino en serie que ha tenido Francia, Michel Fourniret, al que se responsabiliza de más de una decena de muertes. Desde hace tres semanas se la juzga por estos tres crímenes, casos que llevan abiertos décadas y que cayeron en el limbo. Este martes ha sido condenada a cadena perpetua.
El caso más antiguo se remonta a 1988: la desaparición de Marie-Angèle Domèce, de 18 años. Se volatilizó cuando salía de su casa de acogida para personas con discapacidad. Los otros casos son los de Joanna y Estelle, desaparecidas en 1990 y 2003. El cuerpo de la primera, británica de 20 años, se encontró ese año. Fue violada y estrangulada.
Había puesto un anuncio para dar clases de inglés y los investigadores creen que eso sirvió de reclamo al matrimonio para captarla. Estelle era una niña: tenía nueve años cuando desapareció mientras volvía del colegio. Durante décadas ayudó a Michel Fourniret en sus atrocidades. Él murió en 2021 y ella, ahora con 75 años, es la que rinde cuentas ante la justicia por estos tres casos.
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