Aunque la alianza entre los regímenes de Cuba y Venezuela no es tan robusta como en los tiempos de Hugo Chávez y Fidel Castro, los vínculos se mantienen con impacto sobre la población de ambas naciones latinoamericanas.
Hasta ahora, las encuestas de opinión conceden ventaja al candidato de la Plataforma Democrática, Edmundo González Urrutia, quien va de la mano de la dirigente María Corina Machado (Vente Venezuela).
Machado ganó, en octubre de 2023, las elecciones primarias opositoras con 92% de los votos, pero no pudo presentarse a la contienda electoral dada la inhabilitación política por 15 años fijada por la Contraloría General de la República (CGR). En medio de las denuncias sobre la violación de derechos políticos y las limitaciones impuestas a unos comicios competitivos, como la revocatoria de la invitación a la Unión Europea para la observación internacional, los adversarios de Nicolás Maduro se organizan para la defensa del voto e insisten en que seguirán en la lucha por el cambio polìtico.
¿Cómo se percibe esta situación en Cuba?
“Aquí hay una gran expectativa con el tema de las elecciones en Venezuela y la posibilidad o potencialidad de un cambio democrático”, expresa Manuel Cuesta Morua, activista proderechos humanos y gestor de proyectos de oposición al régimen de La Habana, en entrevista con DIARIO LAS AMÉRICAS.
A su juicio, la expectativa es general y diferente a lo que ocurre con otros procesos que solamente resultan de interés para la sociedad civil, para los activistas de derechos humanos y para la gente más involucrada en los temas de naturaleza política.
El también historiador indica que, tratándose de Venezuela, existen dos razones que explican la atención generada en Cuba hacia el proceso electoral en la nación sudamericana. La primera, señala, tiene que ver con la sociedad civil que vive intensamente lo que pueda ocurrir el 28 de julio.
Afirma que, para la sociedad cubana, es importante dado que, durante mucho tiempo, la sostenibilidad del régimen cubano ha estado asociada con el petróleo venezolano.
Agrega que, “muchos en la oposición, ciframos el impacto simbólico y también real que pudiera tener un cambio hacia la democracia en Venezuela porque se le quitaría uno de los principales aliados que ha tenido el régimen para tratar de legitimar la existencia de un modelo similar. Un modelo de esta naturaleza no solo tiene impacto económico, también político y simbólico, se va quedando más en su propia soledad [el régimen cubano]”, explica.
Cuesta Morua no pierde de vista que, en Cuba, también hay ansias de cambios sociales. “La gente entiende que es importantísimo que el gobierno cubano pierda esa capacidad de seguir dependiendo y manteniéndose de la ayuda externa y que de una vez se vuelque a una reforma profunda al interior del proceso”, sostiene.
En este punto, el académico refiere que se gesta un proceso de cambio, aunque no cómo se desea, ni en la dirección apropiada, para conceder más espacio a la ciudadanía.
“En todo caso, la gente entiende que si el gobierno cubano pierde un resorte de apoyo como ha significado Venezuela en términos económicos, eso va a tener un impacto en las decisiones políticas que va a tomar el régimen y en las decisiones económicas, y sobre todo en la dirección de transformaciones que tiene que tomar”, subraya.
En la lucha
El activista político cree que las vías que ha seguido la oposición democrática venezolana están sirviendo a la oposición en Cuba “en muchos sentidos y que sea una líder como María Corina Machado, la que esté reconduciendo la lucha democrática a través del juego electoral, también tiene una lección poderosa añadida para la oposición de Cuba”.
Apunta que esta ruta abierta por Machado en Venezuela “fortalece, de alguna manera, a sectores como los que nosotros representamos, que apuestan, en Cuba también, a que la mejor vía para alcanzar la democracia es justamente la vía institucional y la vía constitucional”. Asevera que esto representa una lección importantísima.
“Las vías de manifestaciones populares son importantes. Pero, esas vías, como camino hacia la democratización, encuentran obstáculos profundos en regímenes como los de Nicaragua, Venezuela y Cuba. Estos dos primeros aprendiendo del tercero, donde hay una alianza poderosa entre el poder judicial, el poder militar, el poder policiaco y el poder político”, argumenta Cuesta Morua.
Indica también que, aunque el camino electoral sea el más largo, es mucho más viable.
De su lado, Camila Acosta, periodista de CubaNet y corresponsal en La Habana del diario español ABC, cree que la fórmula que la dirigente opositora María Corina Machado está trayendo para Venezuela ha llenado de esperanza a muchos venezolanos “y a gran parte de la humanidad que ama la democracia y que está en contra de estas dictaduras que hay por lo menos en este hemisferio”.
Coincide con Manuel Cuesta Moura en que, el proceso polìtico en Venezuela, se mira desde Cuba “con mucho aliento” y se mantienen a la expectativa.
Sin embargo, Acosta sostiene que debido al proceso que ha vivido Cuba no suelen confiarse.
“Sabemos que estas son dictaduras mafiosas, criminales, narco dictaduras y que son capaces de cualquier cosa para no perder el poder. Pero, en Venezuela, yo creo que todavía queda un atisbo de esperanza porque llevan menos años que en Cuba. Todavía en Venezuela no han logrado deshacerse de toda la oposición, hay instituciones todavía luchando y manteniéndose firmes, hay muchos grupos de oposición”, indica la periodista a DIARIO LAS AMÉRICAS.
Destaca el apoyo a la lucha política que se libra en Venezuela y cualquier iniciativa “que signifique el fin de ese régimen, el fin de esa mafia. No solo por el bien de los venezolanos, sino también porque sabemos que es el régimen de Nicolás Maduro y de todos esos militares y personas corruptas que están en el poder y son de los principales aliados de régimen cubano”.
Refiere que, aunque Venezuela vive una crisis y no ayuda a Cuba como lo hacía antes, “siguen siendo aliados estratégicos, siguen siendo aliados en la desestabilización de toda la región”.
“El triunfo de la oposición en Venezuela sería un duro golpe para la tríada de Cuba, Venezuela y Nicaragua”, asegura. Añade que, al mismo tiempo, representaría “un aliento para seguir derrumbando ese gran edificio del mal que ellos han construido”.
Pero, no cree que una posible victoria opositora sobre Maduro se traduzca, necesariamente, en un impulso para los opositores en Cuba.
“La situación de la oposición en Cuba depende de muchos más factores que no están relacionados directamente con el proceso de Venezuela. Pero, lo fundamental es esto de romper con esa alianza y de que el nuevo presidente o proceso que es democrático que se construya en Venezuela, también contribuya, no solo a inspirar al resto de los países que viven bajo regímenes de este tipo, sino a apoyarlos directamente para librarnos también de esas mafias en el poder”, resalta.
Régimen atento
Cuesta Moura destaca que, en los centros de poder de Cuba también hay una mirada sobre los escenarios posibles en Venezuela. En este aspecto, refiere las recientes visitas de funcionarios de Maduro a la isla, como el canciller Iván Gil, y la de funcionarios cubanos a Caracas, como la fiscal general Yamila Peña Ojeda.
Cree que no es de extrañarse que se analicen los posibles escenarios post electorales.
El 14 de mayo, el canciller venezolano se reunió con su homólogo Bruno Rodríguez Parrilla para revisar los acuerdos de cooperación y alianzas estratégicas entre los dos países.
Asimismo, el 30 de mayo, las fiscalías de Cuba y Venezuela firmaron un programa de cooperación 2024-2026.
“Para nosotros, como responsables de procesos tan complejos y de alta responsabilidad, esperamos que esto tenga resultados en nuestro trabajo diario. Hay muchos puntos en común. El Estado socialista es el que garantiza la justicia social”, dijo la fiscal Yamila Peña Ojeda acerca del mencionado encuentro entre las fiscalías de ambos países.
Necesidades del pueblo
El pueblo de a pie atraviesa muchas penurias “y está mas preocupado por lo que va a comer cada día que por lo sucede en Venezuela”, reconoce la periodista Camila Acosta.
“La situación aquí está pésima y no creo que vaya a cambiar en la hipotética circunstancia de que gane Maduro, aunque se robe las elecciones”, dice.
Acosta se refirió a falta de combustible, la carencia de medicinas, de comida, a los altos precios, al mal funcionamiento de la atención médica, “la gente se está muriendo porque no hay combustible para las ambulancias”, también denunció, “la represión está muy fuerte”.
La situación de Cuba está “en un momento límite”, señaló Cuesta Moura e indicó que, si el país no es rescatado por actores internacionales, se desploma.
“Es un Estado fallido en su sentido originario que no es solo la pérdida de control territorial, sino la incapacidad de un Estado para proveer los servicios públicos necesarios, en condiciones mínimas a la población”, resumió.
FUENTE: Entrevistas Diario Las Américas / Cuba.Net