En el último día de la conferencia climática celebrada en Azerbaiyán, países de África y Latinoamérica rechazaron el borrador del acuerdo del aporte de los países desarrollados a los países en desarrollo para hacerle frente al cambio climático y la transición a la energía limpia. El texto propone pagar 250 mil millones de dólares anuales como meta para el 2035, un aumento a la actual provisión de 100 mil millones de dólares al año.
«Tras tres años de negociaciones sobre el nuevo objetivo financiero, innumerables talleres y diálogos en lugares remotos, nuestros colegas desarrollados aún no han presentado una propuesta cuantificada para que negociemos. Francamente, esta falta de compromiso y transparencia parece una bofetada en la cara de los más vulnerables”, aseguró Juan Carlos Monterrey, Representante de Panamá para el cambio climático.
Según economistas expertos en el tema, los países en vía de desarrollo necesitan 1,3 billones de dólares para enfrentar la crisis climática para finales de esta década y son estos los más vulnerables a los daños por el cambio climático, que ha causado inmensas pérdidas financieras en promedio de 143 mil millones de dólares entre el año 2000 y 2019, según documentos de esta cumbre.
«Lo que importa ahora es cómo encontrar un compromiso que permita un resultado ambicioso en relación con el nuevo objetivo global. // El fracaso no es una opción.», dijo António Guterres, Secretario General de la ONU.
Algunos negociadores también dijeron que las propuestas no cumplían con la promesa hecha en la cumbre de Dubai del año pasado de abandonar los combustibles fósiles, que en su momento se consideró histórico. Estados Unidos, el mayor emisor de gases de efecto invernadero, tuvo un papel limitado en las conversaciones mientras se prepara para otra presidencia bajo la dirección de Donald Trump. Ángela González, Voz de América.