CIUDAD DE PANAMÁ.- El gobierno de Panamá realizó este martes la deportación de 29 ciudadanos colombianos, quienes fueron detenidos tras ingresar irregularmente al país a través de la peligrosa selva del Darién. Este operativo marca la primera implementación del acuerdo migratorio firmado en julio entre Panamá y Estados Unidos, un esfuerzo conjunto para frenar la creciente migración irregular hacia Norteamérica.
El vuelo chárter, financiado por el gobierno estadounidense, despegó en las primeras horas de la mañana desde el aeropuerto de Albrook en Ciudad de Panamá con destino a Medellín, Colombia. El grupo deportado incluía a un presunto sicario del Clan del Golfo, la poderosa organización criminal colombiana conocida por sus actividades de narcotráfico, minería ilegal y tráfico de personas.
“Tenemos el primer vuelo del convenio financiado por Estados Unidos”, anunció el viceministro panameño de Seguridad, Luis Felipe Icaza, durante una conferencia de prensa, donde estuvo acompañado por funcionarios estadounidenses.
Los deportados fueron trasladados esposados de pies y manos, bajo estrictas medidas de seguridad que incluyeron revisiones con detectores de metales. Según Roger Mojica, director del Servicio Nacional de Migración de Panamá, «el proceso de deportación cubre tanto a las personas que tienen antecedentes penales en sus países de origen como a aquellas que hayan ingresado irregularmente al país». Además, destacó que uno de los deportados fue identificado mediante pruebas biométricas como un sicario con múltiples cargos de homicidio en Colombia.
Este primer operativo se enmarca en un memorando de entendimiento firmado el 1 de julio, coincidiendo con la toma de posesión del presidente panameño José Raúl Mulino. El acuerdo establece un financiamiento de seis millones de dólares por parte de Estados Unidos para apoyar la deportación de migrantes que crucen la inhóspita selva del Darién, la cual se ha convertido en una de las rutas más transitadas por migrantes en su camino hacia Estados Unidos. En 2023, más de 520.000 personas atravesaron esta peligrosa selva, con venezolanos, colombianos y ecuatorianos entre las principales nacionalidades.
La situación en el Darién ha sido un foco de preocupación para ambos gobiernos debido a los riesgos humanitarios y de seguridad que presenta. Durante su campaña electoral, Mulino prometió «cerrar» el Darién a la migración irregular, argumentando que la frontera de Estados Unidos, en lugar de estar en Texas, «se corrió a Panamá».
Desde que asumió el cargo, su gobierno ha implementado varias medidas, incluyendo el cierre de algunos puntos de entrada a la selva y la creación de un corredor supuestamente más seguro para los migrantes. Estas medidas han logrado reducir el tránsito de migrantes por la selva en un 30% en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Crisis con Venezuela
A pesar de estos esfuerzos, la situación diplomática con Venezuela ha complicado la ejecución de vuelos de repatriación para los migrantes venezolanos, que representan más del 60% de los que cruzan el Darién. Mojica explicó que, debido a la crisis postelectoral en Venezuela y la suspensión de las relaciones diplomáticas entre ambos países, «ahorita mismo se nos impide hacer cualquier movimiento hacia Venezuela», ya que esto podría poner en peligro a las personas deportadas y violar normas internacionales.
El acuerdo con Estados Unidos, que cubre la deportación de migrantes de varias nacionalidades, no se limita a criminales. Marlene Piñeiro, agregada de Seguridad Interior de Estados Unidos en Centroamérica, subrayó que “el memorándum acoge a cualquier persona, no solo criminales”. Además de los vuelos chárter, Estados Unidos también está apoyando con vuelos comerciales para repatriar a migrantes a sus países de origen.
El gobierno panameño continúa trabajando en coordinación con otros países, como Ecuador e India, para planificar futuros vuelos de repatriación. Mojica indicó que la frecuencia de estos vuelos dependerá de los flujos migratorios y la tramitología necesaria con los países de destino. El próximo vuelo podría realizarse tan pronto como este fin de semana, mientras Panamá busca fortalecer sus esfuerzos para gestionar la crisis migratoria que afecta a la región.
FUENTE: Con información de AP y AFP