Stefanía Villamizar falleció semanas después, luego de que el parásito entró a su cuerpo. | Foto: suministrada a SEMANA por la familia
El impactante testimonio de una madre que perdió a su hija debido a un potente parásito que vive en aguas estancadas, a elevadas temperaturas y que se alimenta del cerebro.
La menor contrajo un peligroso parásito que arrasa con todo a su paso y se esconde en piscinas, jacuzzis y hasta en los lagos. Es un caso poco frecuente para la medicina y que tiene las alarmas encendidas en Colombia.
Por Semana
El 18 de junio de este año, Tatiana viajó con su hija a Santa Marta para disfrutar de las vacaciones. Dos días después, Stefanía Villamizar empezó a quejarse de un dolor en el oído que se extendió a episodios de vómito y fiebre. En un primer momento, los síntomas fueron tratados como una otitis.
Madre e hija regresaron a su casa, en Bucaramanga, y los días transcurrieron sin ningún tipo de alerta. El malestar en el oído continuó, pero su intensidad fue disminuyendo.
El 4 de julio arrancó el viacrucis. Stefanía despertó, pero no era la misma. No quería levantarse de la cama, le molestaba la luz y llamó a la empleada de servicios para que la acompañara a ducharse. Una petición que causó extrañeza en la casa. De repente, de pie, dentro del baño, comenzó a convulsionar.
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