MIAMI. – En poco más de un año y medio, desde que entró en funcionamiento el programa de “parole humanitario” implementado por la administración Biden-Harris para nacionales de Cuba, Nicaragua, Haití y Venezuela, varios han sido los represores cubanos que han logrado ingresar a EEUU como beneficiarios. Los más recientes casos ya han sido escandalosos por tratarse de personajes que militaron con honores en las filas del Partido Comunista y que, desde sus posiciones de poder, tomaron decisiones que destruyeron los futuros de otros. Pero si preocupante era para el exilio que entrara a EEUU un secretario provincial del Partido Comunista o una jueza que dictó sentencia contra manifestantes del 11J, hay quienes consideran inadmisible la llegada a Miami del teniente coronel Luis Raúl González Pardo, piloto que en 1996 participó en el derribo de avionetas civiles de Hermanos al Rescate.
Sylvia Iriondo, sobreviviente del crimen y coautora de una carta dirigida al secretario de Estado y al Secretario de Seguridad Nacional de EEUU para solicitar una “investigación urgente” en torno al parole expedido a favor de Gonzalez-Pardo Rodríguez, afirma que con razón el exilio está dolido.
JUSTICIA
“Esas familias siguen buscando justicia. Una justicia que no llega y que ha sido prometida desde aquel momento incluso por el presidente de los Estados Unidos (Bill Clinton). Este crimen de verdad golpeó a nuestro exilio, un exilio que está lleno de víctimas. Queremos una investigación para saber si este señor González Pardo mintió al llenar el formulario (I-134A), si dijo la verdad de su afiliación; queremos una investigación profunda”, dijo a DIARIO LAS AMÉRICAS, en tanto recordó un historial de decepciones que incluyen la excarcelación de la agente Ana B. Montes o la tardía detección del espionaje de Manuel Rocha.
“Esto es algo que tiene que ser esclarecido porque estamos ante un crimen de lesa humanidad en plena luz del día ante el mundo, en espacio aéreo internacional. Un crimen de aviones de guerra contra avionetas que parecían papalotes en el cielo, indefensos y desarmados. Esperamos que haya una explicación, esperamos que haya una investigación y esperamos que al menos podamos tener un átomo de Justicia”, declaró Iriondo.
Asimismo, en una carta a Anthony Blinken, secretario de Estado y a Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional, suscrita por Iriondo, José J. Basulto y Arnaldo Iglesias, se lee que, como sobrevivientes del brutal ataque del régimen cubano el 24 de febrero de 1996 en el espacio aéreo internacional que cobró cuatro vidas, confían en que ambos representantes de la autoridad adoptarán las medidas necesarias para “garantizar que no se permita que las personas involucradas en estos trágicos acontecimientos eludan la rendición de cuentas mediante la obtención de visados humanitarios con pretextos”.
INVESTIGACIÓN FORMAL
El objetivo, aseguran, es que el Departamento de Estado inicie una investigación formal para determinar si la información proporcionada por el Sr. González-Pardo Rodríguez durante su solicitud de visa era veraz y si sus acciones en relación con el ataque de Hermanos al Rescate fueron divulgadas en su totalidad.
En este sentido, el abogado de Inmigración Wilfredo Allen, en entrevista exclusiva con DIARIO LAS AMÉRICAS cuestionó qué derechos tiene González-Pardo Rodríguez, que fue por lo menos un perseguidor o que participó a distancia de un asesinato, de que le den primero una visa de turismo y luego un parole humanitario.
Desde su experticia y juicio, la visa de turista “se puede entender” porque en el momento que se la otorgaron él era el director de parte del aeropuerto de La Habana y vino por interés de los Estados Unidos, pero ahora, en cambio, entra con un parole humanitario.
Ajustándose a los hechos, Allen argumenta cómo este hombre participó en el asesinato de cuatro seres humanos, entre ellos tres ciudadanos americanos y un residente permanente que piloteaban dos avionetas registradas en los Estados Unidos. Y la clave, para el abogado, es que González-Pardo Rodríguez maneja información y que desde hace 28 años hay una investigación abierta por fiscales federales para determinar qué ocurrió y cómo ocurrió.
CRIMEN Y RETIRO
“Este señor por lo menos tiene la información necesaria para la investigación que estaba pendiente todos estos años. Él sabe cómo ocurrió. Él sabe quién desintegró los aviones en el aire. Él sabe quién dio la orden para disparar. Él sabe cuál fue el plan de acción y de preparación. Entonces desde un principio de la Investigación Criminal Federal él es una persona de interés, pero más importante: tú no llegas a ser un oficial de la Fuerza Aérea cubana, tú no llegas a ser un piloto de caza sin ser miembro del Partido Comunista o sin ser miembro de la jerarquía del partido o parte del gobierno militar de Cuba. Qué papel ha jugado él en otros lugares”, se pregunta y condena el hecho de que personas como González-Pardo Rodríguez vengan a disfrutar de lo que las generaciones previas del exilio crearon.
“Con la idea que él viene ahora es con la de retirarse en los Estados Unidos. Qué ironía: que de una forma u otra personas como él y como el primer secretario del Partido Comunista que vino antes, que hicieron daño en Cuba directa o indirectamente y que son responsables directos o indirectos de la porquería que ha quedado en Cuba, ahora que son mayores de edad pretendan venirse a retirar a una comunidad que fue creada por las personas desplazadas, perseguidas y a las que les robaron sus propiedades en Cuba, personas que crearon esta ciudad de Miami tras la migración de los años 60 y 70 y son la base de esta comunidad (…) Lo que construyeron los padres de Sylvia aquí, vienen ahora a disfrutarlo estos personajes: hospitales, supermercados. Este señor que entró ahora con un parole tiene derecho a Medicare, a ayudas del gobierno americano”.
Bajo ninguna categoría, considera Allen, pueden estar aquí el primer secretario del Partido ni este señor. “A mí me gustaría que la familia entera del secretario del Partido Comunista fuera investigada: el hijastro que lo reclamó, la esposa del hijastro, todos participaron de alguna forma u otra en el Partido Comunista en Cuba; yo quiero saber si lo pusieron sus aplicaciones de residencia y de ciudadanía y, si no lo hicieron, es un fraude y el fraude de migración nunca caduca. Cuando es descubierto, toma efecto, y el fraude puede llevar no solamente a que se les quite la residencia o la ciudadanía, sino a que los deporten. Yo quiero ver que la familia entera del piloto sea investigada y ver qué tienen sus aplicaciones. Yo quiero ver lo que hizo en el pasado y, sobre otros pilotos, cómo llegaron aquí, qué dijeron ellos, cómo entraron, yo quiero saber un poquito más de información sobre esas personas”.
“Me gustaría tener más información sobre este señor, por lo menos debe ser detenido por el FBI e interrogado sobre lo que él sabe de los eventos en los que participó que les costaron la vida a cuatro seres humanos (…) Es imposible tener una net que capture a todas las ratas; siempre se esconden las ratas pero la net tiene que existir. Hasta cierto punto fueron encontradas, puede haber más y yo no voy a eliminar un programa (de parole humanitario) que ha permitido la entrada libre y protegida de más de 600.000 personas incluyendo más de 112.000 cubanos es un programa que ha sido eficiente que ha funcionado bien, ha reducido las entradas por mar y las entradas por fronteras hasta cierto punto, pero ha funcionado y yo no voy ahora a acusar ni pintar de una forma negativa a 130.000 personas que han entrado, pero sí les pediría a la autoridades solicitar más información biográfica [de los beneficiarios] y que esta sea verificada».
Iriondo recalca que intacto está el dolor de familias enlutadas por un crimen horrendo cometido en espacio aéreo internacional entre Mics cargados de misiles y avionetas indefensas que fueron pulverizadas en el aire sin previo aviso. Sus compañeros fueron las víctimas de “uno de los asesinatos más espantosos en la historia de crímenes cometidos contra la población cubana” y esto fue denunciado por organizaciones de la sociedad civil independiente que determinaron que las aeronaves habían sido abatidas en espacio aéreo internacional e incumpliendo todo protocolo de aviación. “Es duro… y si es duro para mí y para nuestro exilio, yo me pregunto lo duro que debe ser para esas familia que llevan 28 años esperando que se haga justicia que no se ha hecho porque este crimen aún permanece impune.