La decisión del gobierno de Panamá de instalar alambres de púas en varios de los pasos fronterizos irregulares en la peligrosa selva del Tapón del Darién, ha generado alarma en la Defensoría del Pueblo de Colombia, que alerta sobre un posible aumento de enfermedades.
La sífilis congénita, la chikunguña, el dengue y la leptospirosis podrían causar estragos en las localidades colombianas receptoras de migrantes.
El organismo expresó su preocupación por la colocación de estas restricciones ante el impacto que tendrá en los migrantes y en las comunidades de tránsito, e instó al gobierno central y a autoridades locales a adoptar acciones urgentes y activar mesas de gestión migratoria con enfoque humanitario.
“La materialización de las restricciones en el Tapón del Darién podría desencadenar una crisis humanitaria afectando especialmente la salud pública por lo que es crucial abordar esta problemática de una manera integral y con un enfoque humanitario”, dijo Julio Luis Balanta, Defensor del Pueblo de Colombia.
La selva del Darién, que une a Colombia y Panamá, es un corredor vital para los migrantes que buscan llegar a Estados Unidos. En 2023, más de medio millón de personas atravesaron esta peligrosa ruta, representando una cifra récord con respecto a 2022.
El Ministerio de Seguridad Pública de Panamá aseguró que la instalación de las barreras de alambre en los puntos de tránsito irregular de migrantes tiene el “propósito de disminuir la cantidad de migrantes que transitan irregularmente por la selva de Darién”.
En ese sentido, dice la Defensoría de Colombia que más allá de la situación que provocaría la permanencia de un 10 % a un 20 % de la población migrante en la zona, el cierre de estos representa desafíos significativos ante las dificultades en la red hospitalaria para atenderlas, pues localidades fronterizas como Turbo, por ejemplo, requeriría 461 camas, cuando solo tiene 100 instaladas.
“El derecho a la salud ha sido uno de los más vulnerados en esa zona. Sobre la base de esta información, nuestro modelo analítico prospectivo considera que se podría registrar un aumento paulatino en la propagación de enfermedades y dificultades en la red hospitalaria para atenderlas”, apuntó Balanta.
Ya son más de 170.000 los migrantes que han cruzado este corredor selvático en la primera mitad del 2024.
Johann Wacher, secretario de gobierno de Necoclí, la localidad colombiana que sirve de punto de partida hacia el Darién, manifestó su preocupación por el cierre de estos puntos de tránsito, por el impacto tanto en los migrantes como en el municipio que no está en sus capacidades para atender un posible confinamiento de migrantes.
“En este momento tenemos una condición normal en el territorio. Sin embargo, somos conscientes de que a partir de la decisión adoptada por el gobierno de Panamá los represamientos van a ser una realidad”, indicó.
“Eso nos obliga a nosotros a tener un protocolo, atención y también unas rutas humanitarias articulación con el gobierno nacional, Migración Colombia, Cancillería, Unidad de Gestión del Riesgo para atender esa posible aglomeración de migrantes en nuestro municipio”, agregó Wacher a la Voz de América.
La Voz de América habló con el epidemiólogo y docente de la Universidad de Los Andes de Bogotá Luis Hernández acerca del análisis elaborado por el organismo estatal sobre los riesgos de las probabilidades de contagio de estas enfermedades.
“Muchas de estas personas viene sin condiciones de vacunación, a eso se agrega un clima difícil que vulneran los sistemas inmunológicos, entonces es una población de gran vulneración social entonces se presta para que por estas condiciones las personas puedan enfermarse y al darse estos cierres aumentan estas posibilidades de enfermedades”, explicó Hernández a la VOA.
En esta zona fronteriza entre Colombia y Panamá, donde diariamente miles de migrantes utilizan este peligroso corredor selvático, dice la Defensoría. Los municipios no están en capacidades para atender una posible crisis por las condiciones precarias de sus sistemas hospitalarios.
En ese sentido, dice Hernández, que el cierre del paso fronterizo hecho por Panamá representa un panorama complejo debido a que los migrantes estarán más expuestos a riesgos de enfermedades porque estos municipios en muchos casos no “están es sus capacidades de atender a su propia población”.
“Lo ideal es que las personas no tengan que migrar y se quedaran en sus territorios, pero la realidad es otra, entonces al presentarse este tipo de situaciones no solo están en riesgo quienes van de paso sino las poblaciones autóctonas por estas enfermedades que pasan de persona a persona y generan un deterioro de las condiciones, por lo tanto, es necesario hacer atención humanitaria con mecanismo internaciones”, detalló.
Por último, señala que ante esta alerta de una grave crisis de salud, se “debería” evitar cerrar el paso a los migrantes por el Darién porque las “experiencias” han mostrado que en esta barrera natural los migrantes “van a encontrar” los caminos para cruzar esta región.
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