El abastecimiento de alimentos y combustible se ha visto seriamente afectado en las principales ciudades de Bolivia tras cinco días de cortes de carreteras por parte de seguidores del expresidente Evo Morales, que buscan evitar que responda ante la justicia en un caso de supuesta trata y tráfico de personas.
Unos 500 carros cisterna con 17 millones de litros de gasolina y diésel estaban varados este viernes en varias carreteras cortadas mientras crecían las colas de vehículos que buscan aprovisionarse en las estaciones de servicio, dijo Juan José Callau, gerente de Comercialización de la estatal petrolera. El transporte de pasajeros entre las ciudades estaba afectado.
El dirigente de los transportistas, Lucio Gómez, pidió acciones al gobierno para «garantizar la libre circulación». También el abastecimiento de alimentos se ha visto afectado y ha llevado a una suba en los precios que ya soportan alzas.
Según imágenes de las televisoras locales, pequeños grupos de manifestantes lanzan piedras y árboles desde los cerros a las carreteras y huyen cuando llega la policía. Una docena de manifestantes han sido detenidos.
La más afectada por los cortes de carreteras es la región central de Cochabamba, que interconecta con las demás ciudades.
Las autoridades preparan operativos para despejar las rutas y garantizar el libre tránsito, dijo el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo.
Pugna política en el partido gobernante
Morales, que gobernó el país entre 2006 y 2019, se ha negado a asistir a declarar ante la fiscalía que lo acusa de presuntamente sostener una relación con una menor de edad cuando era mandatario en 2016. El político alegó falta de garantías y acusó a su heredero y sucesor, el presidente Luis Arce, de «armar» el caso para sacarlo de la carrera presidencial del próximo año.
Arce dijo la víspera que no cederá antes quienes buscan «incendiar» el país para «protegerse de acusaciones personales».
Desde hace dos semanas, Morales, de 65 años, se encuentra parapetado en su reducto de la región cocalera del Chapare, en el centro del país, donde sus seguidores hacen vigilia para evitar su eventual detención.
Este el más reciente capítulo de una larga disputa entre Morales y Arce por el control y liderazgo del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), la que ha puesto en riesgo la hegemonía política de una fuerza que ha gobernado el país por casi dos décadas.
Morales se ha convertido en el principal opositor de Arce, a quien lanza duras críticas por su conducción de la economía.
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