MIAMI.-En vísperas del día de las elecciones presidenciales en Venezuela, la situación se asemeja a “un drama de rehenes, en un contexto en que el presidente Nicolás Maduro amenaza con sumergir la región en el caos si no gana la elección, según el periodista y columnista Martín Aróstegui.
“El líder terrorista de Venezuela, Maduro, ha lanzado un ultimátum: Si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida, producto de los fascistas, debemos garantizar el mayor éxito (electoral) (de la historia), la mayor victoria en la historia electoral de nuestro pueblo”, escribió en un reporte especial a The American Spectator.
Aróstegui señala que Maduro, al amenazar con un genocidio, como catalogó el hecho un grupo de generales retirados venezolanos, cree que puede obligar a su oposición y a la comunidad internacional “a aceptar los resultados fraudulentos que su comisión electoral designada políticamente prepare, con la ayuda de agentes cubanos, rusos y chinos infiltrados en sus servicios de seguridad”.
Tras señalar que solo ha invitado a observadores electorales rusos a supervisar el proceso vetando, al mismo tiempo, a misiones de EEUU y Europa, afirma que ningún observador objetivo podría concluir que el régimen “descaradamente corrupto” de Maduro tenga posibilidades de ganar unas elecciones “justas”.
Frente a los desmanes del régimen, el periodista se refiere a la líder opositora “carismática” María Corina Machado, inhabilitada para la elección, que ha sido recibida por multitudes masivas en todo el país, a pesar de los esfuerzos sistemáticos para intimidar a sus partidarios.
“La campaña de Machado se ha convertido en un acto masivo de desobediencia civil que rivaliza con los precedentes históricos establecidos por (Mahatma) Gandhi y Martin Luther King”.
Mientras, Maduro “se topa con pequeñas multitudes y a veces con nadie”, y adelanta conversaciones “sensibles y secretas” con EEUU “en las que abordan los intereses personales de su grupo gobernante”. “No pueden darse el lujo de perder el poder y convertirse en fugitivos perseguidos”, dijo el embajador Otto Reich, en fecha reciente.
Espionaje de Maduro para votos
Aróstegui, en su artículo especial, afirma que el régimen de Maduro cuenta con una vasta agencia de espionaje electrónico con sede en un edificio junto al Palacio de Miraflores y que está operada por un ejército de hackers chinos, rusos, cubanos e iraníes, entrenados.
“Tienen capacidad de hackear el sistema de votación electrónica para alterar resultados y bloquear o interferir en su transmisión”, señala. Mientras, la oposición apuesta por superar a Maduro con una fuerte organización de base conformada por testigos. “Machado afirma que la oposición está preparada para contrarrestar cualquier fraude y se mantendrá movilizada después de la votación”.
Pero Maduro tendría una estructura de espionaje, dice, tras apuntar que se espera una larga pausa en el reconteo de votos después de la medianoche del 28J. Maduro ordenó “estricta vigilancia” a los miembros del CNE y cubanos e iraníes estarían colados en los servicios de seguridad del país, según señala basado en versiones periodísticas..
También percibe complicado escenarios de que los soldados venezolanos se opondrían a recibir órdenes de asesores extranjeros de dispararle a los venezolanos, dada la represión a militares encarcelados.
Fracaso de Biden en negociaciones
Ante la incertidumbre y las “señales preocupantes” que una fuente de la oposición le dibujó, sostiene que poco sirvieron las negociaciones convocadas por EEUU, y se basa para ello en la declaración del embajador Otto Reich: “Maduro cree que está negociando desde una posición de fuerza debido a la debilidad que percibe en Washington.
Aróstegui asegura que aunque el actual equipo negociador de EEUU está dirigido, Maduro se reúne después de este acercamiento con embajadores de Cuba, Rusia y China.
“Si bien las tomas de rehenes pueden terminarse con fuerzas de asalto bien entrenadas que eliminen a los terroristas, Maduro no teme esa amenaza. El gobierno de Biden no está a la altura de la tarea de intervenir en Venezuela, lo que podría irritar a los demócratas de izquierda radican en medio de un año electoral. El único cañonero que circula por Caracas estos días es una fragata rusa”, destacó.
Lea el reporte especial completo aquí: https://spectator.org/venezuelan-elections-held-hostage/
FUENTE: The American Spectator