| Foto: Montaje Semana
El 2024 será un año retador para la economía en Colombia. Luego de dos años de crecimientos históricos, se preveía que 2023 correspondería al año del ajuste, con una actividad económica más moderada y un aterrizaje de la economía, con disminuciones en la inflación, correcciones en el precio del dólar y el inicio de la senda de reducción de las tasas de interés del Banco de la República. Aunque los ajustes se han hecho, este aterrizaje ha tenido turbulencias. La más importante, en materia de crecimiento.
Tras un primer trimestre del año pasado, con un crecimiento de 3 por ciento, los ajustes fueron a la baja, con un segundo trimestre con un dato de 0,4 por ciento, pero una caída en el tercer trimestre de 2023, contra todos los pronósticos, al llegar a terreno negativo: -0,3 por ciento, la cifra más mala desde 1999, sin contar la crisis de la pandemia.
En ese complejo contexto, el Gobierno ha hecho esfuerzos para reducir la inflación, como desindexar los precios de productos y servicios a la misma inflación o al incremento del salario mínimo, buscar menores tasas de interés, por ejemplo, de la banca pública para combatir mecanismos como el ‘gota a gota’ e impulsar la disminución de las tasas de interés del Banco de la República, junto con el sector privado, para empujar el crecimiento de la economía.
Sin embargo, la inversión llegó a su peor momento y las cifras de la industria, el comercio y la construcción muestran que los motores del crecimiento están apagados. El escenario de una recesión técnica –dos trimestres seguidos de crecimiento negativo– se hizo viable y las alertas se encendieron.Para el tercer trimestre de 2023 las cifras fueron inquietantes. Industria tuvo una contracción de -6,2 por ciento; comercio, de -3,5 por ciento, y construcción, de -8 por ciento, mientras que inversión viene cayendo y para este periodo su resultado fue de -11 por ciento.
Mientras las medidas del Banco de la República en materia de política monetaria estaban encaminadas a frenar el consumo y enfriar la economía, se esperaba que las políticas del Gobierno en materia de infraestructura y vivienda impulsaran una economía que necesitaba una estrategia contracíclica, que moviera además la inversión, pero las cifras hasta ese mes no habían sido así. La contracción en el sector de construcción al tercer trimestre de 2023, se explica por la caída del 5 por ciento en edificaciones y del 15 por ciento en obras civiles. En el primer caso, la principal razón está en la disminución de la producción residencial en 7,7 por ciento en ese periodo, según Camacol.
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